La agente Graziella Neres Fleury fue llamada para controlar el tráfico después de que un terrible accidente ocasionara una gran congestión. Lo que esta mujer de Goiania (Brasil), no imaginó es que al llegar tendría que tratar no sólo con conductores sino con una yegua lesionada que estaba en medio de la vía.
Ella necesitaba consuelo y Graziella no dudó en brindárselo.
El equino recibió un fuerte golpe en sus patas traseras cuando vagaba libremente por la intercesión de Rua Senador Jaime y la Avenida Perimetral, ubicada en el Sector Campinas.
Al parecer iba acompañada de otro caballo que huyó del lugar en el momento del accidente, un conductor poco ducho en la materia no supo cómo esquivarlos y terminó por embestir a la yegua.
La pobre se quejaba del dolor.
Cuando la agente del Departamento Municipal de Tráfico (SMT) llegó al lugar, la yegua estaba tendida en el suelo, quejándose del dolor.
Graziella no podía sólo controlar el tráfico, escuchando los lamentos y quejas de la majestuosa criatura, así que no dudó ni un segundo en acercársele para intentar calmarla.
La oficial le hablaba para tranquilizarla.
El buen gesto de la mujer sin duda conmovió a todos pero mejor aún, poco a poco se fue ganando la confianza de la yegua y pudo transmitirle algo de calma.
“La acaricié mucho, su rostro, sus patas delanteras. Se soltó tanto que le puse la mano en la oreja, porque generalmente a los caballos no les gusta que le pongan las manos en las orejas. Incluso lo llamé Canela, por el color. Hubo un momento en el que puso su hocico en mi regazo”, dijo Graziella.
La solidaridad de la agente contagió a todos en el lugar y en pocos segundos otras personas decidieron sumarse para intentar auxiliar a la criatura, mientras llegaba la ayuda adecuada.
“Pensé en el dolor. La fractura era muy fea, tenía pequeños pedazos de hueso en el costado, ese calor, y estaba al sol. Me acerqué lentamente y traté de calmarla. La gente de la gasolinera sacó una pancarta para taparle el sol y una anciana se desabrigó para ayudar. Pedí un balde de agua y se lo di a beber”, relató Neres Fleury.
Mientras Graziella ayudaba al animal, cuatro de sus compañeros se encargaron de controlar el tráfico ocasionado por el accidente y hacer posible que los conductores pasaran y no se detuvieran alrededor de la criatura lesionada.
Finalmente, después de casi 3 horas de espera llegaron los trabajadores del Centro de Zoonosis. Estas personas se encargaron de levantar a la criatura para llevarla al refugio en el cual sería atendida por verdaderos veterinarios. Lastimosamente esta criatura sufrió una fractura en una de sus patas traseras, así que ahora tendrá una larga recuperación.
Gestos tan hermosos como este no se ven todos los días. Por eso vale la pena contarlos y reconocerlos, comparte esta historia y envíale muchas bendiciones a esta gran agente.