Cash es un hermoso perro de 6 meses que está entrenado para cazar osos y tristemente sufrió un terrible atropello en Virginia, Estados Unidos, que le fracturó una de sus patas traseras.
El dueño de Cash decidió llevarlo a un veterinario para ponerlo a dormir para siempre, porque «ya no servía»… ¡Qué horror!
En situaciones como estas y dependiendo de la gravedad del accidente los dueños de estos cachorros, en conjunto con los veterinarios, tienden a tomar la terrible decisión de sacrificarlos.
Y eso fue lo que hizo la familia de Cash cuando lo llevaron al veterinario. El propietario de este amigo peludo dijo que el perro ya no iba a ser efectivo para la caza.
“La respuesta del dueño fue que no iba a funcionar para la caza de osos, por lo que decidió sacrificar a Cash”, dijo la veterinaria Rose Rogers, de la fundación que le dio otra nueva oportunidad a este cachorro.
Según información local, los dueños de Cash dijeron que el perro con la pata rota ya no era «útil», pero el veterinario dijo que no era una herida que pudiera causarle la muerte, y que podía ser operado para recuperarse de la fractura y disfrutar de una vida feliz.
Pero a pesar de la opción de realizarle una cirugía, sus dueños explicaban que para cazar osos «ya no servía», por lo que insistieron en dormirlo para siempre. Para fortuna del perrito, el veterinario se negó.
Desde ese momento, el cachorro fue rescatado por la Fundación Humanitaria de Middleburg, que dio a conocer la historia publicándola en su cuenta de Facebook.
En su publicación, Rose cuenta que conoció el caso de Cash a través de otra organización de rescate animal llamada Potomac Highlands Animal Rescue (PHAR), en donde también le dieron un diagnóstico totalmente alentador.
En la organización PHAR se refirieron a la posibilidad de que la recuperación podía ser exitosa y que el perrito podía conservar la pata sin necesidad de ser amputada.
“Los perros con tres patas se adaptan fácilmente y tienen vidas felices y activas. Aún mejor si Cash pudiera mantener su pata”, dijo Rose.
El doctor Matthew Galati, el veterinario que lo examinó para la cirugía, dijo que era una “solución difícil”, pero no imposible, por lo que necesitó de dos veterinarios más que se ofrecieron voluntariamente. Ellos fueron el doctor Molero y el doctor Balogh, ambos de VCA SouthPaws Veterinary Specialists & Emergency.
Ahora, Cash deberá esperar aproximadamente dos meses para someterse a una segunda cirugía y cuando esté totalmente recuperado podrá ser adoptado por una familia que lo quiera llevar a casa para darle mucho, pero mucho amor.
Sin lugar a duda, Cash va a encontrar un hogar en donde pasar sus días llenos de alegría, felicidad, atención y cuidados. ¡No dejes de compartir su emotiva historia!