Son muchos los amantes de los animales que cada día realizan hermosas causas para poder ayudar a los peluditos más vulnerables.
Carley Coca es una de esas personas que siempre está en disposición de dar a una mano amiga, por eso cuando se enteró de tres perritos que habían sido abandonados cerca de una iglesia en Florida, supo de inmediato que tenía que ayudarlos.
Los perritos estaban sucios y llenos de pulgas.
Coca, desde muy pequeña ha tenido fascinación por los animalitos; actualmente es voluntaria en el rescate de Paw Print Hearts, así que ayudar a los animalitos más necesitados es su pasión.
Al enterarse de los tres peluditos abandonados condujo hasta la iglesia y logró llevar a dos de los perros, que más tarde llamó Zeus y Lily, a su automóvil. Sin embargo, el tercer perrito, se negaba aceptar la ayuda.
Dos de los perritos aceptaron la ayuda sin temor.
Cualquier intento de la mujer por acercarse al tercer perrito era en mano, estaba tan asustado que no dejaba de ladrar, finalmente terminó escapando.
Si bien a Coca le rompió el corazón no haber logrado ayudar a los tres perritos, sabía que los otros dos necesitaban un lugar seguro. Afortunadamente, Zeus y Lily consiguieron un hogar de acogida, pero el incierto del tercer perrito aún causaba malestar en Coca.
Decidió llamara al tercer perrito Chance.
Cada día la mujer volvía a la zona donde Chance la había rechazado, estaba dispuesta a ganarse su confianza y darle una vida mejor. Al respecto Coca comenta:
«Una vez que terminaba con el trabajo del día, iba a McDonald´s y recogía 10 hamburguesas con queso y me dirigía a la iglesia, que estaba a unos 30 minutos de mí. Iría al cobertizo donde dormiría Chance y anunciaría que estaba allí, y me sentaría a una distancia (elegida por Chance) por hasta tres horas seguidas, y simplemente le arrojaría una hamburguesa con queso”.
Durante varios días Coca intentó ganarse la confianza de Chance, incluso un día trajo a su amiga Lily, pero el perrito se negaba acercarse.
El progreso fue lento, pero la mujer nunca perdió la esperanza; finalmente, después de muchas hamburguesas y paciencia infinita, Chance decidió acercarse a Coca.
La paciencia y el amor de Coca dieron sus frutos.
Después de tanto, Coca no podía creer que el perrito aceptara su ayuda. Ella se acercó lentamente y dejó que la lamiera y oliera mientras el perrito movía emocionado su cola.
Coca no niega que temía por la reacción del perrito, que la mordiera o algo similar; sin embargo, Chance se dejó acariciar lo que causó que algunas lágrimas de felicidad se le escaparan a Coca.
El estado de salud de Chance era delicado pero logró recuperarse.
El perrito estaba todo enmarañado, lleno de pulgas, garrapatas, y muy delgado, necesitaba atención especial, por lo que después de llevarlo al veterinario Coca decidió llevárselo a casa para que tuviera una recuperación tranquila y feliz.
Chance aún le teme a las personas pero están trabajando en eso cada día. Afortunadamente, ha tenido una increíble recuperación y ha demostrado ser un perrito muy cariñoso.
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