Resistentes y fuertes, los gatos a menudo sobreviven a las dificultades que derribarían a los humanos u otros animales. Verdaderamente, los gatos son un misterio de voluntad con algo mágico mezclado. El viaje de este pobre gatito ofrece una gran prueba de esto con una historia llena de dificultades y supervivencia.
Al otro lado del Océano Pacífico, en Shenzhen, China, el curioso gatito Journey de alguna manera entró en un contenedor de envío. Las puertas se cerraron detrás de ella y la curiosidad le costó muy cara. Ya no tenía escapatoria.
Sumamente delgada, no se explican cómo Journey sobrevivió a un viaje de más de 22.000 kilómetros
Aunque la forma en la que Journey se metió en este aprieto seguirá siendo un misterio para algunos, lo que sí se sabe con certeza es que la gatita estuvo atrapada durante tres semanas dentro del contenedor oscuro mientras navegaba en las profundidades del océano en un buque de carga con destino a Vancouver, Canadá.
Se cree que la gatita hambrienta bebió la condensación que se formó en las paredes del contenedor de envío. En cuanto a la comida, no hubo nada para comer durante el viaje de más de 22.000 kilómetros.
Aterrada y traumatizada, esta gatita debía someterse a una lenta recuperación
Journey no vio la luz del día hasta que el personal de un distribuidor de vidrios para automóviles abrió las puertas del contenedor.
Una vez que Journey fue encontrada entre los materiales de embalaje, los oficiales de control de animales transportaron al gato demacrado al Distrito de Cariboo Norte. La viajera fue llevada a un veterinario para el tratamiento y los protocolos de cuarentena requeridos para los animales que ingresan al país.
Con alrededor de 6 años de edad, la gatita asustada pesaba menos de dos kilos cuando le dieron la atención médica necesaria y procedieron a aislarla.
Empezaba otra clase de viaje para Journey: el de su recuperación. Después de semanas de fluidos, vacunas, cuarentena y una lenta reintroducción de alimentos, Journey comenzó a fortalecerse en su cuerpo, pero su mente aún estaba obsesionada.
Temía a los humanos con tanta fuerza que silbaba y se escondía cuando alguien se acercaba. Las señales apuntaban a que Journey quizás era un gato salvaje en China.
Aunque su cuerpo se curó, Journey todavía vivía la angustia de su experiencia mentalmente. Había pasado semanas hambrienta y sola en la oscuridad, solo para ser reintroducida en el mundo en un lugar desconocido rodeado de humanos que querían hurgar y pinchar. Ella no podía entender que solo tenían la intención de ayudarla.
El terror era un impedimento para la recuperación de Journey, pero la Dra. Karen van Haaften, una especialista en comportamiento y veterinaria, sintió que el gato aterrorizado podría ser ayudado.
Journey ahora es una gatita juguetona y amorosa. ¡Le quedó una gran experiencia de su sorprendente viaje!
Como madre adoptiva de esta gatita, la Dra. van Haaften pasó meses trabajando con Journey. Pasó de estar demasiado asustada para salir de debajo de la cama hasta permitir toques de manos humanas, Journey recorrió un largo camino bajo el cuidado y la paciencia de su nueva madre.
Al igual que otros felinos no sociales, la comida fue clave para ganar el corazón y la confianza de Journey. Además, ella parecía ser una gata juguetona en su naturaleza más profunda. Un simple juguete de varita era más que suficiente para que la conexión entre la minina y su madre aflorara.
Ahora Journey es una gatita hermosa y feliz. Su traumático viaje quedó en el pasado y sabemos de sobra que no le quedaron ganas de una nueva aventura. Comparte el viaje de esta curiosa y traviesa gatita con otros en tus redes sociales.