Desde hace un tiempo las lámparas de sal del Himalaya han cobrado una notoria popularidad. Con sus colores de tonos rosas dan un toque muy particular en la decoración del hogar y muchas personas aseguran que traen múltiples beneficios a la salud como limpiar la energía del ambiente e incluso ayudarnos a tener un mejor sueño.
Se cree que estas lámparas funcionan como ionizadores naturales y cambian la carga eléctrica del ambiente.
Sin embargo, cuando tenemos mascotas debemos asegurarnos de que ningún objeto de nuestra casa constituya un peligro para nuestros amigos peludos. Es por esto que algunos especialistas han decidido advertir sobre el daño que estas lámparas pueden causar.
La sal del Himalaya es muy parecida a la sal común, pero sus impurezas minerales le dan un color rosado.
Maddie Smith es la dueña de una linda gatita llamada Ruby. Un día notó que su comportamiento estaba algo extraño pero asumió que debía ser por el frío. Horas después, cuando regresó del trabajo, la salud de la pequeña Ruby comenzaba a verse cada vez más afectada. Se veía sumamente desorientada y parecía que ya no podía ver y escuchar cuando Maddie se acercaba a ella.
“Es un milagro que Ruby todavía esté con nosotros”.
Muy alarmada, Maddie la llevó de inmediato al veterinario. Después de varios exámenes los veterinarios lograron averiguar qué era lo que había sucedido. Ruby había estado lamiendo la lámpara de sal del Himalaya y había sufrido una intoxicación de sodio que casi le cuesta la vida.
El cerebro de Ruby se había inflamado por el sodio y estaba haciendo presión contra su cráneo.
Maddie quedó verdaderamente impactada. Jamás había imaginado que un objeto que en apariencia era tan inofensivo pusiera en riesgo la vida de su gatita. Debido a la creciente popularidad de estas lámparas, Smith y una serie de veterinarios han decidido alertar al mundo entero sobre la necesidad de mantener estos objetos fuera del alcance de las mascotas. Los síntomas de envenenamiento por sodio suelen incluir convulsiones, problemas intestinales y pérdida de coordinación.
“Estas lámparas pueden resultar adictivas para los animales. Su sabor es el equivalente al de las papas fritas para nosotros”.
Por fortuna, Ruby recibió atención veterinaria sumamente rápido y esto permitió que se salvara. Le dieron una inyección intravenosa para poder equilibrar los niveles de sodio y cloro en su sangre. Pasados unos días los síntomas desaparecieron y la gatita logró recuperarse por completo.
Maddie se deshizo de la lámpara cuando supo el enorme daño que le había causado a su gatita.
Los expertos aseguran que las luces y la peculiar forma de esta lámpara puede resultar muy llamativa para los animales, especialmente para los gatos.
No dudes en compartir esta importante advertencia que podría salvar la vida de muchos gatitos.