Para un veterinario ganarse la confianza de sus amigos peludos más que un objetivo, es una prioridad.
Desafortunadamente, son muchos los perritos rescatados que llegan a los refugios o los centros médicos muy tímidos y sin ningún interés de compartir con sus rescatistas.
Siendo este el resultado de una vida llena de dolor y miseria, muchas veces ocasionado por seres sin empatía que les propinaron tratos deplorables.
Veterinario hace un gran esfuerzo para ganarse la confianza de un perrito asustado.
Ante estos escenarios la paciencia y el infinito amor por los peludos sobre sale y comienza un largo trabajo por parte de sus rescatistas para ganarse su confianza, y hacerlos salir poco a poco del caparazón en el que se encuentran.
Esta es la historia de un perrito que tras su rescate fue trasladado al centro clínico, ahí el Doctor Thomas Hamilton hizo una increíble labor para hacerle entender que estaba en un lugar seguro y en buenas manos.
Hamilton no es un veterinario promedio, para él los animalitos son sus mejores amigos, desde que era solo un niño supo que quería ser veterinario y mejorar la calidad de vida de los más vulnerables.
Desde que era solo un niño nació su amor por los animalitos.
Todo comenzó cuando tenía cerca de 7 u 8 amos, su familia tenía un husky siberiano, llamado Bandy, Hamilton desde el primer momento creó un gran vínculo con el nuevo integrante de la familia hasta convertirse en inseparables.
Para entonces, hubo un incidente mientras jugaba en el patio trasero, un gran perro negro se le acercó y por poco lo muerde.
Fue entonces cuando Bandy apareció, a pesar de estar encadenado a su perrera, logró soltarse y espantar al otro perro.
“Bandy rompió la cadena, saltó sobre mí y abordó al otro perro cuando se acercaba, lo repelió y escaparon”, dijo el Dr. Hamilton.
Desde ese momento se dio cuenta de lo importante que son las mascotas en nuestras vidas, su vínculo con su gran amigo peludo se fortaleció. Rápidamente comprendió que Bandy era mucho más que su compañero de juegos, realmente lo amaba.
Ese pequeño acto lo motivó a vincularse mucho más con los animales y formarse profesionalmente para poder ayudarlos. Estudió para ser veterinario y ahora tiene innumerables amigos peludos.
Con todos ha realizado pequeños gestos de amor que sin duda, terminan por transformar sus vidas.
Con el tiempo se volvió un maestro en construir lazos de confianza con los animalitos rescatados, quienes en medio de su desconcierto llegan ensimismados y con la mirada perdida.
Recientemente, de dio a conocer un vídeo en el que se ve al veterinario acercarse poco a poco a un perrito muy asustado. El vídeo cautivó tanto a los internautas del mundo que no pasó mucho tiempo para que acumulara más de 9 millones de reacciones.
En el clip se puede ver a Hamilton interactuando con su nuevo paciente, un adorable perrito que se negaba a socializar y salir de una de las esquinas del consultorio.
Poco a poco el veterinario se va acercando al peludito mientras le habla suavemente con oraciones muy positivas, destaca lo mucho que le gusta su correa y se sienta a su lado. Incluso se acuesta en el suelo para que su cabeza quede debajo del perro.
“Me sentí lo suficientemente cómodo para acostarme boca arriba y ofrecerle mi cara para que el perro la explorara. Es una especie de señal de sumisión a un perro sumiso”, dijo de Dr. Hamilton.
Si bien el veterinario comentó que lo más fácil hubiera sido tomar al perro y llevarlo a la cama para realizarle el chequeo, esto hubiera sido traumatizante por lo que optó en ganarse la confianza del perrito.
En el vídeo se puede ver cómo el perrito se va soltando poco a poco ante los encantos del veterinario. Finalmente sintió la confianza de que esta vez estaba en manos de alguien que sí velaría por su bienestar.
Para Hamilton lo más importante es trasmitirle a sus pacientes que no tienen nada que temer y él que solo tiene amor para darles. Cree profundamente que cuando muestras amor y compasión hacia los animales, puedes cambiar la forma en la que ellos te ven.
Sin duda alguna el amor puede transformar hasta el corazón más duro. Recordemos que para un peludito vulnerable todo suma, todo vale, todo cuenta.