Esta historia es desgarradora. Jian Zhicheng, de 31 años, era la directora del Centro de Protección y Educación Animal Xinwu en Taiwan. El refugio estaba desbordado de animales y la capacidad es limitada, así que cuando se llenan se ven en la obligación de tomar medidas para mantener el control y evitar un colapso, no tienen cómo atender a tantos animales.
Ella tuvo que sacrificar a 700 perros durante dos años de trabajo en el refugio y después de haberlo declarado en un programa de televisión, comenzó una tragedia para ella.
Jian sufrió reiteradas amenazas por parte de activistas defensores de los animales. En internet fue apodada como “la bella carnicera” a pesar de sus esfuerzos por preservar la salud de los animales rescatados y ayudarles a conseguir un hogar.
El pasado 12 de mayo Jian, cinco días después de escribir un mensaje de despedida, acabó con su vida con las mismas sustancias con las que inyectaba a los perros.
“La vida humana no es diferente a la vida de un perro; moriré con los mismos medicamentos que se utilizan para poner a los perros a dormir en paz”, esas fueron las palabras de Jian extraídas de su carta.
Sus colegas la describieron como una persona muy cariñosa y atenta, su labor consistía en rescatar animales enfermos y perdidos, trasladarlos al refugio que recibía financiamiento del estado y luego encontrarles un hogar.
La población animal aumenta sin control como consecuencia de la compra compulsiva, la no regulación de los animales utilizados para la caza y la falta de esterilización.
Algunos cuestionaron que a esos animales se les aplicara eutanasia alegando que el término correcto es “sacrificio”, ya que el primero se aplica para provocar la muerte a un ser cuyas condiciones no son compatibles con la vida, pero si el animal está sano y acaban con su vida, entonces se trata de un sacrificio.
Por ejemplo, en Madrid existe una ley 1/1990 que establece en su artículo 20 que si un animal no ha sido reclamado en un plazo de 10 días podría ser sacrificado. En Taiwan, los refugios acatan esta medida como una acción extrema si superan su capacidad. El refugio Xinwu es apto para acoger a 500 perros y 100 gatos.
No pueden rechazar a ningún animal rescatado en los refugios, tienen que velar por mantener a todos en buenas condiciones.
Es muy lamentable lo que sucedió con Jian, su vida se apagó en un instante porque no soportó las amenazas recibidas y estaba muy afectada emocionalmente por reconocer que había tenido que sacrificar a tantos animales.
Es muy doloroso saber que una persona que luchaba por ayudar a los peludos no estará más, en lugar de atacar y señalar el plan debería ser contribuir para acabar con el abandono y el maltrato.
Daily Mail
La veterinaria Jian fue hallada por la policía y su esposo con la nota en la que declaró haberse inyectado las mismas sustancias con las que dormía a los animales.
Comparte esta estremecedora noticia con tus amigos ¡Hay que buscar otra forma de proteger a los animales y a las personas que hacen lo que no desean!