El rostro de un perrito sin hogar y alimento es capaz de romper el corazón de cualquiera. Sin embargo, muy pocas son las personas que deciden abrir sus corazones y brindarles un poco de ayuda desinteresada.
¿Cómo decir que no a esa mirada?
Recientemente, una mujer de 42 años de edad devolvió la fe en la humanidad, tras ser capturada por una compañera de trabajo teniendo el más noble gesto hacia un perrito necesitado de Cubatão, Brasil.
La vendedora, Renata Honório, no pudo evitar sentir un vínculo especial con un perrito que entró a la tienda donde trabaja, durante la mañana del 23 de septiembre. Inicialmente, pensó que se encontraba con un cliente, porque miraba por todos lados, pero al ver su rostro notó de inmediato que se encontraba triste.
“Vi una mirada triste, que me causó dolor en el corazón. Como no tenía comida en ese momento para darle de comer, subí las escaleras y le di la única comida que había traído para el desayuno, un pan”, comentó la mujer.
Ese pequeño trozo de pan era el único alimento con el que Renata pensaba llenar su estómago durante toda su jornada laboral, pero no había nada más importante para ella que cambiar el semblante de ese hermoso perrito que el universo había puesto en su camino.
La noble acción de Renata fue observada por una de sus compañeras de trabajo, quien quedó conmovida y no pudo evitar capturar el momento, sin esperar que lo acontecido se volvería viral alrededor del mundo.
Según Renata, tanto ella como la sucursal de la tienda donde trabaja siempre han fomentado la adopción animal. Desde pequeña siempre ha sido una apasionada de los animales, y ha rescatado gatos y perros sin hogar junto a su hermano. Incluso adoptó algunos de esos pobres animalitos.
“De vez en cuando aparecen algunos animales sin hogar paseando por la tienda, así que mis compañeros ya saben que suelo ayudar”, comenta la mujer.
El agradecimiento en el rostro del peludito fue inmediato; estaba un poco enfermo de sarna, pero él solo buscaba un poco de afecto. Tras haberse alimentado salió del lugar y un amigo de Renata también lo ayudó.
Tras terminar su jornada laboral, Renata y su amigo buscaron al canino por todo el lugar, pero no tuvieron éxito. Pese a todo, lo llevarán por siempre en su corazón y quizá algún día la vida conspire para reunirlos nuevamente.
«Era algo que ni siquiera esperábamos. Pero, ante todo esto, el único sentimiento que tengo en el corazón es que, si logramos concientizar a la gente de la ayuda que necesitan estos animales, habrá valido la pena. Mi deseo es que no haya más animales dejados a su suerte y que no pasen hambre, porque lo único que nos ofrecen, independientemente de las circunstancias, es amor”, concluyó la mujer.
No cabe duda de que, al hacer una buena acción, es la persona que da la que más gana, porque recibe agradecimiento sincero, especialmente cuando se trata de animales con el corazón puro.
No te vayas sin compartir esta emotiva historia con todos tus amigos y tiende una mano amiga a los animales necesitados.