Cuando todo parece perdido y la vida podría escabullirse de las manos, la llegada de una persona puede cambiar todo el panorama. Aunque a muchos les sea difícil de creer cada quien tiene la posibilidad de convertirse en un verdadero ángel en la vida de cualquier extraño.
Ángeles fueron los que salvaron a una indefensa gatita que por más de un mes había sufrido la agonía del abandono y el encierro.
Sin la posibilidad de alimentarse, la criatura estaba destinada a morir.
La gatita se encontraba prisionera en el apartamento de un edificio en Pont-Audemer en la región de Eure (Francia). Según relatan los propios vecinos, el lugar había estado deshabitado por casi dos meses después de que los inquilinos decidieran desalojarlo.
Por error o de forma deliberada estas personas desocuparon el apartamento dejando dentro a una gatita de un año llamada Lizy, quien durante las últimas semanas había estado aullando como un grito desesperado de ayuda.
Ella solo quería que la sacaran de allí.
La situación había captado la atención diferentes vecinos que preocupados decidieron alertar de la situación a la Fundación 30 Millions d’Amis, quienes actuaron de inmediato antes de que Lizy sufriera un temido final.
“En el lugar, un gato maullaba y arañaba la puerta. Visitamos y dejamos un marcador cinco días antes para confirmar que nadie estaba abriendo la puerta durante esos días”, explicó, Sandrine, rescatista de la fundación.
El desespero de Lizy era notorio, la chica tenía semanas sin comer ni poder salir de ese encierro. Afortunadamente, el animal fue medianamente alimentado por los vecinos que solían dejar trozos
“Le metían comida por debajo de la puerta y derramaban agua para que pudiera beber. Según el veterinario, la gata no habría sobrevivido sin este gesto salvador”, explicó el investigador de este caso.
Cuando la fundación contactó por primera vez a los dueños de la gata, estos aseguraron que no habían dejado ningún felino en el lugar, pero la evidencia era clara.
Estas personas la habían abandonado en el apartamento y esto implicaba un delito grave contra la vida animal.
Esta felina pasó días de angustia allí encerrada.
Para evadir las consecuencias legales, los antiguos dueños de Lizy decidieron darla en adopción a la fundación y ahora esta chica tiene la posibilidad de sonreír de nuevo.
Lizy es muy linda. Ella está constante buscando cariño. No entiendo cómo puedes dejar un animal así. Me hizo enojar. Pero todo terminó bien para ella, eso es lo principal», se regocijó Sandrine.
Los vecinos de esta minina se portaron a la altura, pues de no haber sido por ellos el final de la criatura era inminente. La poquita comida que alcanzó a probar esos días y los sorbitos la ayudaron a resistir, así que todos esos esfuerzos por salvarla se recompensan sabiéndola ahora sana y feliz.
La tortura de la gatita terminó gracias a quienes denunciaron el abuso. Comparte esta historia y que sirva de motivación para que nadie se quede callado ante el maltrato animal.