Convivir con los animales es una maravillosa experiencia que todos deberían tener. Incluso cuando no se trata de las mascotas más convencionales, son capaces de dejarnos enseñanzas muy valiosas y las mejores sonrisas. Una prueba de esto son dos adorables gallinas llamadas Davina y Deidre.
Las gallinas viven en un pueblo llamado Milton Keynes, en Inglaterra.
David Williams las llevó a su casa como parte de un regalo de cumpleaños para su hijo. Lo que no podía imaginar era que todos en su comunidad lograrían forjar un importante nexo con las gallinas. David planificó la llegada de las gallinas y construyó un pequeño corral en el patio. Lo hizo tan grande como pudo para permitirles vivir cómodamente, pero Davina y Deidre tenían planes muy diferentes.
“Intentábamos mantenerlas dentro pero querían ser libres, ir a todos lados”, explicó David.
Las graciosas gallinas adoran la libertad y con tan sólo un par de días junto a la familia Williams desarrollaron la capacidad de escaparse del corral a su antojo. Muy pronto se dieron cuenta de que no había nada que las detuviese.
“Ahora son parte de la comunidad y alegran nuestros días”, dijo un vecino.
Las primeras aventuras de Davina y Deidre comenzaron en el verano. David no se preocupó demasiado porque había mucha luz durante las tardes y no parecía haber peligro alguno para las gallinas. Sin embargo, cuando las noches comenzaron a ser más largas, la familia supo que debía tomar medidas para protegerlas.
“A medida que las noches se volvían más oscuras, nos preocupaba que la gente no las viera. Podían llegar a estar demasiado cerca de una carretera o de un camino de entrada”, dijo David.
Fue entonces cuando contactaron a una tienda que se especializa en diseñar los productos más impensados para todo tipo de animales. Un par de semanas después, llegó el pedido que tanto habían esperado.
Los chalecos fueron comprados en la tienda Omlet.
Se trataba de un par de chalecos de seguridad que ayudaban a que las gallinas fuesen visibles sin importar la oscuridad de la noche. Los chalecos fueron hechos a la perfección para ellas y ahora los utilizan para asegurarse de que no sufran ningún accidente durante sus graciosas aventuras.
“Me encanta que vengan a mi jardín porque se comen los caracoles que afectan a mis plantas. Me hacen un gran favor”, dijo un vecino de David.
Los vecinos del lugar quedaron completamente enamorados de Davina y Deidre. Son animales muy tranquilos y además se ven maravillosas con sus chalecos. Las gallinas se han convertido en todo un símbolo de la comunidad y entre los vecinos se aseguran de cuidarlas y de brindarles tanta libertad como sea posible.
Nada mejor que un par de gallinas con vistosos chalecos para sentirte en casa. Davina y Deidre son un par de gallinas verdaderamente únicas. ¡Compártelo!