Muchas son las historias que suceden a diario en perjuicio de miles de animales en situación de calle que deben sobrevivir a la indiferencia y negligencia humanas que, en muchas ocasiones los lleva al borde del abismo.
Sin embargo, esta vez estamos felices de contar una historia de unión, fraternidad y emprendimiento por parte de una comunidad de vecinos de la localidad de la Rivera del Chillón, en Perú, quienes rescataron a una perrita y a sus bebés.
Entre todos los cuidaron, alimentaron y hasta un techo le construyeron, a pesar de ser gente de bajos recursos.
Nadie en la localidad Semilleros del Chillón se hizo de la vista gorda y todos sin excepción pusieron su grano de arena para ayudar, sin embargo, el principal problema sería cómo costear la manutención de los animales.
Tras una breve reunión para decidir qué hacer, los recién nacidos y su madre fueron trasladados a un lugar seguro y protegido del sol y la lluvia. Y los vecinos comenzaron una campaña para recaudar fondos para brindarles un nuevo hogar a los peludos, en especial a la madre, encargada de alimentar a sus pequeños mediante la lactancia.
La publicación tuvo un éxito mayor al esperado. Decenas de personas donaron los materiales necesarios y la comunidad puso por fin manos a la obra de un nuevo hogar digno para la nueva familia de perritos. Por su parte, la noble población Semilleros del Chillón, a través de uno de sus voceros se mostró sumamente agradecida.
“Nuestros agradecimientos especiales a quien hoy los cuida y los atiende como una reina y sus príncipes, a la mamá, a los cachorritos y a los vecinos que se sumaron con la mano de obra y algunos alimentos”, escribió.
De la misma manera, los habitantes y artífices de esta obra tan noble y solidaria, también destacaron el rol fundamental que jugaron Patricia CM y Maricielo Salinas Mejía, quienes colaboraron cada uno con una donación de 11 euros para una hoja de triplay de 6 mm con la cual construyeron el nuevo albergue.
“Gracias a las señoras Patricia CM y Maricielo Salinas Mejia, ya que gracias a su apoyo pudimos adquirir los materiales básicos para hacerles su casa”, añadieron.
Cuando los perritos pasan los días con sus noches en la calle, se exponen a posibles agresiones por parte de seres sin corazón, a la indiferencia, pero, además, a enfermedades y otra serie de calamidades para poder sobrevivir.
Si bien la idea es que alguien los adopte y les dé un nuevo hogar fuera de la calle, este grupo de vecinos les dio una nueva oportunidad de vida a estos cachorritos sin esperar nada más a cambio que verlos seguros, sanos y crecer felices al lado de su madre.
Comparte esta historia con tus familiares y amigos, porque si de algo estamos hoy más que seguros es de que “la Unión hace la fuerza”.