Los niños muchas veces pueden ser nuestros maestros y nos pueden dejar enseñanzas más importantes de las que nosotros somos capaces de darles a ellos.
La siguiente historia tiene origen en los deseos de un niño, quien expresó ante su madre los deseos de adoptar a un perro, pero no se trataba de cualquier perro, él quería que fuera un perro anciano. Su madre le explicó a Raven, un niño de apenas nueve años, que los perros de mayor edad pueden morir en cualquier momento, puede que sean años pero también un par de días. El niño le contestó algo que ella nunca olvidará:
“Lo sé mamá, pero no merecen morir en un refugio y podemos traer uno a casa”, fueron las palabras de Raven.
Su madre, Melissa Davis, se quedó sin aliento con las palabras de su pequeño hijo y no tuvo ningún argumento en contra; al contrario, su hijo tenía razón y comenzaron a planificar la llegada de un perro adulto. Fueron a The Baltimore Animal Rescue and Care Shelter (BARCS), donde conocieron a una hermosa perrita de más de 11 años, de nombre Kaylee.
“Cuando me acerqué a ella simplemente puso su cabeza sobre mi pecho, en ese momento supe que era para nosotros”, dijo Melissa.
Ella había llegado al refugio muy enferma, sus dueños no podían cubrir los gastos y decidieron dejarla en el refugio.
La familia Davis sí que podía hacerlo, así que la adoptaron y la llevaron al veterinario; su estado de salud ya era delicado, con una enfermedad renal, pero los exámenes médicos indicaron que además tenía cáncer de tiroides y que había hecho metástasis en sus pulmones. Su esperanza de vida era muy corta, los médicos calcularon dos meses aproximadamente, pero no se afligirían por ello. De hecho, hicieron una lista de deseos por cumplir, que iban desde celebrar un cumpleaños hasta tomar un café con mamá.
Pronto las facturas del veterinario comenzaron a elevarse y aunque la familia podía seguir cubriendo sus gastos, debían renunciar a ciertos lujos. En ese punto, los hijos de Melissa la amaban por completo y le dieron una segunda lección de vida, la compasión, lo aprendieron de una forma que ella nunca hubiese podido enseñarles.
Ellos, por iniciativa propia decidieron renunciar a sus vacaciones en Disney World, para pagar los gastos de Kaylee. “De igual manera, sin ella será aburrido”, dijeron.
Kaylee cambió la vida de la familia Davis de una manera increíblemente positiva; de hecho, han pasado más de dos meses y ella continúa viviendo y muy feliz. De hecho, su historia fue premiada por la campaña Holiday Wishes de la Fundación Petco, con una beca para BARCS por 10.000 dólares.
Pero la historia no termina ahí, luego su historia se hizo tan popular que ganó el premio People’s Choice Award.
Este segundo premio fue aún más generoso, llegando a un monto de 25.000 dólares que también beneficiarían a BARCS. Finalmente, esta anciana y enferma perrita que fue abandonada terminó generando 35.000 dólares para el refugio que la aceptó y le dio una nueva y maravillosa familia.
Ahora podrán atender y recibir a más animales que necesiten un hogar o que hayan sido abandonados.
Lo que comenzó como la petición inocente de un niño, terminó cambiando el mundo de una familia, un refugio, salvando las vidas que se beneficiarán con las becas ganadas e inspirando a muchas personas más. Esperamos que Kaylee viva feliz cada día que le quede y sabemos que esos niños que con tan corta edad tuvieron deseos tan altruistas, se convertirán en hombres ejemplares.
Comparte la historia de Kaylee y cuéntanos si tú le darías la oportunidad a un perro mayor de terminar su vida en un hogar.