En ocasiones, algunas creencias y falsas leyendas urbanas nos llevan a estigmatizar a ciertos animales y olvidamos que todos son seres vivos, llenos de sentimientos. Incluso los cuervos pueden guardar el más tierno y agradecido corazón y la historia de Melinda Green nos lo ha confirmado.
Un buen día esta mujer de san Francisco fue sorprendida por una visita inusual: unos cuervos comenzaron a posarse y descansar en la escalera de incendios de su residencia.
Pero Green en lugar de escandalizarse y ahuyentarlos les dio una cálida bienvenida.
Las visitas se hicieron cada vez más recurrentes pero a ella no le molestaban y las aves parecían notarlo. Además, Melinda tuvo un hermoso gesto con ellos y comenzó a alimentarlos.
«Empecé a poner algo de comida en mi escalera de incendios cuando los veía», dijo Green.
Para ella con sólo la visita y poder contemplarlos era suficiente regalo pero las aves encontraron otra forma de demostrarle su agradecimiento.
Durante las visitas empezaron a llevarle algunos “regalos”.
El primer presente lo llevaron una tarde soleada. El cuervo se posó sobre la escalera y dejó el objeto que tenía en su pico en un lugar cercano para que Melinda pudiera alcanzarlo.
Se trataba de un trozo de aluminio, aparentemente una chapa aplastada. Ante los ojos humanos era sólo un desecho pero para el ave se trataba de todo un tesoro y decidió compartirlo con la mujer.
Green se sintió conmovida por el asunto pero también admite que a ratos estuvo un poco aséptica de que el gesto haya sido con intención
¡Vamos! Cualquiera podría pensar que era ella quien estaba humanizando el gesto del ave, pero lo que pasó después terminó por sorprenderla.
La visita de los cuervos continuaron y con ellas los numerosos regalos que han ido desde rocas y objetos coloridos hasta nueces y ositos de gomita. Por supuesto, la mujer los ha aceptado por cortesía pero no se ha atrevido a comer ningún bocadillo de sus visitantes.
«Estaba emocionada, por supuesto. El hecho de que realmente sea un regalo lo hace precioso», dijo Green.
No sabemos qué pudo inspirar estos gestos de los cuervos, pero para esta mujer es una clase de enamoramiento.
Nosotros creemos que se trata de un bello gesto de gratitud por su amabilidad. Pero indistintamente de la causa, lo cierto es que esta señorita continúa disfrutando de las visitas y obsequios de los que ella llamas “sus pretendientes”.
«Sospecho que es similar a los enamoramientos humanos entre jóvenes», dijo Green.
Este es quizás el objeto más curioso que le han regalado sus amigos cuervos.
Ahora, ella disfruta de la cercanía con los cuervos y reconoce ciertas conductas que le eran totalmente desconocidas de estos animales. Parece que el compartir diario la ha instruido bastante sobre esta especie.
«Aprendí cuán similares son las familias y la dinámica de los cuervos a las familias humanas. Parecen tener relaciones a largo plazo y criar a uno o dos hijos a la vez en familias nucleares. Los padres claramente les están enseñando activamente a sus hijos”, dijo Melinda Green.
Quizás Green no lo sabe pero parece que los cuervos son animales bastante generosos, pues ella no es la primera persona que ha recibido regalos de los cuervos a lo largo de los años. Lo que sí tenemos claro es que este gesto ha creado una bella amistad y esta mujer no volverá a sentirse sola en su propia casa. Siempre tiene a algún visitante en su escalera ¡Claro que estos no llegan con sus picos vacíos!
Comparte esta curiosa nota. Parece que aún tenemos mucho que aprender de algunos animales. Por ahora sabemos que los cuervos no son de mal agüero, sino unas criaturas muy generosas.