Los zorros son animales hermosos con un pelaje llamativo. Por desgracia, es precisamente esto lo que ha dejado sus vidas en peligro y los convirtió en el blanco de terribles granjas en donde los crían para utilizar su piel.
Durante años, los defensores de los animales han alzado la voz para terminar con estas injustas prácticas. La demanda de pieles decayó notablemente a partir de 1980 pero ha ido aumentando en años recientes.
“Comprar estos productos es apoyar lugares tan terribles como las granjas de pieles. Debemos luchar por los animales”, comentó un internauta.
Son muchísimos los animales que pasan su vida entera en una jaula esperando a pasar por un doloroso proceso que los disminuye a ser el abrigo de alguien más.
La organización Open Cages en Reino Unido se dedica a brindar una nueva oportunidad a estos animales.
Hace un tiempo, los rescatistas se encontraban en Polonia cuando descubrieron una granja con miles de zorritos asustados y viviendo en las peores condiciones posibles.
Las jaulas eran mucho más pequeñas de lo que deberían y los pobres animales a duras penas podían moverse.
Estaban asustados hambrientos y en muchos casos no hacían más que abrazarse entre ellos para esperar el injusto final.
En medio de la investigación, una zorrita desesperada por conseguir su libertad se las ingenió para escaparse.
Frania estaba muy confundida, y a pesar de que quería irse de allí lo más rápido posible estaba tan hambrienta que regresó a la zona de las jaulas con la esperanza de encontrar un poco de alimento.
Los rescatistas de Open Cages la vieron y se esforzaron por ganarse su confianza. Finalmente lograron atraparla y la llevaron a un veterinario.
Su estado de salud era muy delicado. A duras penas había sobrevivido y se encontraba muy débil.
Se sentía asustada con la presencia de los humanos, pero después de un par de días se convirtió en la paciente ideal.
Frania tenía la mirada más dulce, era como si no pudiese creer que finalmente había dejado atrás la terrible granja en la que pasó toda su vida. La hermosa zorrita se recuperó y la trasladaron a un lugar seguro.
En cuanto se vio rodeada de naturaleza y lejos de cualquier amenaza, dejó salir a flote su verdadera personalidad.
Era muy cariñosa y juguetona. Adoraba explorar todo a su alrededor y parecía dispuesta a aprovechar al máximo su nueva vida. Frania tuvo la suerte de escapar la terrible vida que había pasado en la granja de pieles.
Es una pena saber que miles de zorritos no podrán conocer la libertad de una vida lejos de una jaula.
Une tu voz y comparte esta noticia para exigir que esta dolorosa práctica termine para siempre. Todos los zorritos merecen un final feliz como Frania.