Algunos perros sufren de ansiedad cuando se encuentran solos, esto quiere decir que cuando no están en compañía de sus dueños se desesperan de tal manera que terminan destruyendo todo lo que está a su alcance, no paran de llorar e incluso se hacen daño a sí mismos. Esto puede ocurrirles a perros que han sufrido alguna pérdida humana, han sido abandonados o han pasado por varias familias.
Hay algunas maneras de controlar su ansiedad, pero ellos siempre se sentirán angustiados al verse solos.
En 2014, Samantha Kreisler decidió adoptar una mascota por lo que se dirigió a un refugio de animales en Miami, donde se decidió por la cachorrita más flaca y triste que vio. El personal le advirtió que sus cuidados iniciales serían complicados, pero ella quiso continuar, por lo que fueron a un paseo de prueba.
En cuestión de minutos ellas hicieron conexión y la perrita no dejaba de repartirle besos y mover su colita.
Samantha la adoptó ese mismo día y la llevó al veterinario, donde determinaron que tenía un problema en su piel que la estaba haciendo perder el pelo, tenía diarrea y necesitaba subir de peso. Todo esto se podía solucionar con los cuidados y dedicación necesaria, sin embargo, había un problema adicional, la cachorrita a quien llamó Lady, sufría de ansiedad.
“Ella se ponía muy mal cuando la dejaba sola, incluso su salud desmejoraba cuando pasaba muchas horas lejos de casa”, explica Samantha.
En ese entonces, Samantha asistía a la universidad, ya que estudiaba Ciencias Marina, por lo que tuvo una charla con los profesores para explicarles su situación. Ellos comprendieron perfectamente su angustia y le permitieron llevar a Lady a sus clases por el resto de la carrera.
Ella se portaba muy bien, amaba estar junto a muchas personas.
Pero más adelante, Samantha decidió estudiar una maestría y esta vez sus nuevos profesores no fueron tan condescendientes, ellos le negaron la posibilidad de que Lady asistiera a las clases con ella. Pero pronto tuvo una nueva idea que esperaba funcionara tal y como lo esperaba, ya que Lady no podía estar sola, le conseguiría compañía.
Ella había notado que Lady tenía afinidad por el gato de uno de sus vecinos.
Entonces, ella volvió al refugio donde alguna vez encontró a su fiel compañera y se enamoró nuevamente de uno de los animales más solitarios del lugar. Esta vez se trataba de una pequeña gatita de menos de medio kilo, “estaba en una jaula y en cuanto me acerqué y la tomé en mis brazos se quedó dormida en mi pecho”, aseguró Samatha.
Así fue como adoptó a “Kitty”, la llevó a casa y se la presentó a su adorada Lady.
Kitty al principio estaba un poco escéptica, pero Lady estaba tan emocionada de tener una hermanita que pronto la hizo entrar en confianza. Lady estaba completamente enamorada y no dejaba de verla e incluso le llevó su juguete favorito para animarla, completamente adorable.
Después de unas horas, Kitty estaba durmiendo en su panza.
Desde entonces son las mejores amigas, Lady siempre tiene compañía, por lo que su ansiedad dejó de ser un problema. Ellas se adoran, juegan juntas, comen juntas e incluso se sientan a mirar a la calle juntas, aunque cada una tenga sus propios intereses.
Mientras que Lady se concentra en los autos y en las personas, Kitty mira a las ardillas y a las aves.
Ellas juegan, saltan y corren de un lado a otros durante todo el día y lo mejor de todo es que la ansiedad de Lady ha desaparecido, desde que Kitty está junto a ella no se ha vuelto a enfermar. Es maravilloso ver cómo Samantha logró salvar a dos animales solitarios en épocas distintas, pero que se necesitaban el uno al otro, sabemos que serán muy felices y que ya no tienen nada de qué preocuparse.
No olvides compartir esta hermosa historia, quizás alguien esté pasando por una situación similar y le sirva de ejemplo.