En los refugios de todo el mundo, los perritos que cuentan con menos probabilidad de ser adoptados son aquellos que ya son mayores o que tienen alguna discapacidad. La gente suele preferir a los cachorros y cada día que pasa los más ancianos pasan por la dura experiencia de ver cómo todos consiguen un nuevo hogar, pero ellos no.
“La gente no quiere adoptar perros mayores porque les preocupa el enorme gasto de la atención veterinaria y las medicinas”.
Zina Goodin decidió pasar sus años de retiro ayudando a estos hermosos perros. Junto a su esposo, Michael Goodin, decidieron abrir un espacio en su casa para perritos ancianos. Habían investigado un poco y descubrieron que en Tennessee las cifras de mascotas ancianas sacrificadas eran cada vez más alarmantes.
Zina acaba de cumplir 62 años de edad y Michael,65.
Cada vez que llegaban a un refugio, comprendían que es prácticamente imposible que alguien quiera llevarlos a casa así que estos dulces animales llegan al fin de su vida sin poder contar con un hogar o una familia que los acompañe en este duro momento.
“Muchos perros llegan muy confundidos y con graves problemas de salud. Es hermoso ver lo rápido que se recuperan y se llenan de energía”.
Al principio, Michael y Zina recibieron a su casa a unos cuántos perritos. Antes de darse cuenta, ya tenían decenas enteras así que comenzaron a buscar un lugar más grande para poder ayudar a tantos peludos como fuese necesario. Hoy en día, el Santuario Old Friends Senior Dog se encuentra en Mount Juliet, Tennessee, y alberga a más de 400 perritos que pueden disfrutar de sus años dorados como los mejores de su vida.
“Queremos que sean felices y puedan pasar sus últimos días llenos de felicidad.Cuando los perritos llegan a nosotros les decimos: ‘Hoy es el día en el que comenzarás una nueva vida’”.
Muchos de los que llegan a este hermoso santuario han pasado años en las calles o son rescatados de duras situaciones en donde recibían tratos injustos. Otros, han pasado toda su vida en el seno de una amorosa familia, pero una vez que sus dueños son trasladados a un hogar o sufren una crisis económica ya no pueden contar con los medios para cuidarlos.
El Santuario se mudó a un terreno de una hectárea que solía ser un antiguo centro de jardinería.
Algunos de estos hermosos animales son trasladados a hogares temporales en donde pueden contar con la dicha de sentirse parte de una familia. Se trata de personas amorosas que desean ayudarlos, pero no cuentan con los medios económicos. Michael y Zina se mantienen en contacto con ellos y se aseguran que de reciban comida y atención veterinaria.
“Sucede como en las telenovelas. Muchas personas logran hacer una conexión especial con estos perros”.
Celebramos este hermoso lugar que da una nueva oportunidad a tantos perritos que merecen pasar sus últimos días con mucho amor y todas las comodidades posibles.
Apoya el enorme trabajo de este Santuario para perritos mayores dando a conocer a su historia.