Una pequeña de 10 años ha decidido unir su amor por los animales con una de sus grandes virtudes: su destreza para resolver misterios y sí que ha obtenido la mejor de las recompensas. Para Bella Salvino no hay nada que pueda quedar oculto, pues ella siempre ha sabido cómo resolver los acertijos más difíciles.
Bella ha enfocado toda esta capacidad a una buena causa: la búsqueda de animalitos desaparecidos.
La pérdida de Alfred, el gato de sus vecinos, motivó a Bella a utilizar toda su inteligencia y astucia para reencontrar al animal con su familia. Aunque ella no lo había conocido antes, saber de su extravío fue algo que la conmovió.
«Ella tomó un cartel, lo llevó adentro y lo colocó en su pared. Hablaba mucho de Alfred. Incluso lloró porque sentía mucha empatía por su familia y por él», dijo Jacqui Salvino, la madre de Bella.
Pero esta pequeña entusiasta no se quedó con su congoja sino que decidió actuar. Ese mismo fin de semana en que Alfred desapareció, Bella comenzó con la investigación y recorrió cada espacio del vecindario en su bicicleta.
Bella sospechaba que el animal pudiera haberse asustado y huido, así que examinó con cuidado en cada rincón y agujero del urbanismo.
La pequeña comenzaba a perder la esperanza, hasta que vio a un sospechoso. Cerca de un desagüe pluvial vio a un gatito muy similar a Alfred pero la distancia no la dejaba observarlo con detenimiento. Así que armó una artimaña para atraerlo.
La astuta Bella llegó a casa en busca de algo de alimento para poderlo atraer a su lado e intentar atraparlo.
Armada de algunas golosinas, una cajita para gatos y muchísima paciencia, la pequeña detective salió de su casa de regreso al desagüe. Pero no sin antes informarle la noticia a su madre, quien se motivó a acompañarla.
«Bella llegó a casa sin aliento, emocionada y temblorosa: ‘¡Mamá, creo que lo encontré!’. Ella me llevó al lugar donde lo vio por última vez», dijo Salvino, admitiendo que al principio estaba escéptica.
Por fortuna, Bella logró encontrar de nuevo al gatito y efectivamente se trataba de Alfred. Después de algunos intentos, el gato terminó cediendo y aceptó confiar en la pequeña que emocionada lo llevó con sus dueños.
El pequeño Alfred disfrutando de la vida y comodidades de un gato con una amorosa familia.
Como era de esperarse los vecinos de Bella se alegraron muchísimo con la noticia y agradecieron a la pequeña por haber propiciado el reencuentro y haber hallado al gatito perdido.
«Ese fue un momento decisivo en la vida de ambas familia, ellos siempre estarán agradecidos. El poder de la amabilidad es innegable», dijo Salvino.
Después del éxito que ha tenido en su caso, la pequeña detective no piensa colgar su sombrero y ya tiene a otro pequeño que necesita de su ayuda. Pyper, otro gatito del vecindario se ha extraviado y Bella ha comenzado la búsqueda, sólo deseamos que lo encuentre pronto y sano.
¡Qué afortunados los vecinos de Bella! Con su generoso corazón esta niña está regresando la felicidad a muchas familias. Comparte esta nota y motiva a otros a ayudar con la misma amabilidad que lo hace Bella.