Todos hemos sido testigos de incontables casos de venganza contra parejas que han sido infieles, o que no soportan un rompimiento de la relación.
Algunos de ellos más osados que otros, pero lo cierto es que todos causan, de una u otra manera, un impacto en los menos culpables, que no tienen nada que ver en lo sucedido entre los líos amorosos de una pareja.
Tal es el caso de una mujer de nombre Elizabeth James, de 30 años de edad, de Carolina del Sur, Estados Unidos, quien ha sido acusada de intentar matar de hambre al perrito de su exnovio.
Según la denuncia, la mujer enloqueció cuando su expareja la dejó. Fue arrestada y liberada bajo fianza en 2018, argumentando que ella le daba de comer a sus propios animales, pero a Champ, el perro de él, no tenía por qué hacerlo.
Sin embargo, gracias a las constantes quejas y a la presión ejercida por parte de las fundaciones pro animalistas, actualmente James enfrenta una pena de entre 180 días y cinco años de cárcel, incluida una multa de 5.000 dólares.
Trascendió que durante meses, la mujer privó al animal de alimento, ensañándose contra él tan solo por ser el mejor amigo de su expareja, manteniéndolo cruelmente encadenado únicamente por su capricho y su negativa a abandonar la relación.
Su cuerpo esquelético estaba infestado de gusanos y necesitaba múltiples transfusiones de sangre. Para hacernos una idea del alcance de esta tortura a la que fue injustamente sometido este peludito de 16 meses de edad, debería tener un peso de al menos 50 kilos, pero al momento de ser hallado pesaba menos de 23 kilos, es decir, menos de la mitad de lo ideal.
Pobrecito Champ, ¿qué culpa tenía él para que lo dejaran en esta condición?
Por fortuna, el pequeño perrito en desgracia logró ser puesto a salvo por el grupo Rescue Dogs Rock NYC, cuyos voceros aseguraron que el acto de James es un caso de abuso animal que no debería quedar impune.
“¡Esto es abuso animal! ¡No tiene otro nombre!”, dijo el grupo de rescate en una publicación.
Por su parte, la organización rescatista logró recaudar los fondos necesarios para cubrir el costo de la atención médica de Champ. Le crearon una página llamada Justice for Champ, para seguir su historia. Fue un camino largo para lograr su rehabilitación, pero el espíritu inquebrantable del valiente animalito lo hizo más fácil.
Finalmente, el orejudo ya recuperado, fue adoptado por una pareja de Delaware. En su página la asociación publicó datos de la adopción y que Champ estaba tan feliz de ser adoptado que brincó emocionado al auto que lo llevaría a la felicidad.
Champ, feliz con su verdadera familia
“Hoy, el resto de mi vida comienza cuando me dirijo a casa con mi familia para siempre. Fueron elegidos con mucho cuidado, ya que aparentemente soy bastante famoso, y todos quieren lo mejor para mí. Les aseguro a todos que estoy obteniendo lo mejor”, se lee en la publicación de la página de Champ.
Nadie podría creer que nuestro querido perrito es el mismo que apareció acurrucado y lleno de gusanos en aquella primera fotografía. Es uno completamente recuperado y robusto, que finalmente pudo mudarse de su hogar de acogida, en Maryland, hasta su verdadero hogar con Spencer & Cakes, en Delaware.
¡Buen viaje, dulce Champ!
Comparte esta historia con tus amigos. Nunca nos cansaremos de repudiar y denunciar estos actos que atentan contra la salud, la integridad y la vida de los animales. No quisiéramos tener que reseñar tantas situaciones desafortunadas de nuestros orejudos amigos. Intolerable, no hay más.