¿Le has comprado alguna vez a tu mascota un juguete, y esta la ha ignorado a los pocos minutos? Algunos animales sienten fascinación por otros de los que no parecen cansarse nunca. Sobre todo, los que puedan mordisquear hasta hacerlos trizas o cuidarlos como su más precioso bien que, dicho sea de paso, les van de maravilla y hasta los ayudan a sanar.
Esta es la historia de Matilda, una gatita juguetona, pero con graves problemas de salud. Fue recibida con los brazos abiertos junto a una camada de felinos en el refugio estadounidense Wrenn Rescues, en California, a principios de este año.
Se trata de un lugar en defensa de los animales, donde se les provee de toda la atención médica que requieren, según el grado de la complicación que presenten. Pues bien, lo cierto es que la peluda Matilda Beans, requería de intervención médica urgente, para tratar de paliar una fuerte infección respiratoria.
Los demás gatitos tuvieron mejor suerte que su hermana felina y lograron superar su condición. Progresaron bastante rápido, pero, con la misma velocidad con la que mejoraban, Matilda iba empeorando cada vez más y más, hasta que llegó prácticamente a un punto de no retorno.
En vista de la situación tan delicada, Ashley Kelley, una voluntaria del refugio, especializada en gatitos recién nacidos y con necesidades especiales, decidió hacerse cargo personalmente de Matilda.
“Tengo equipos de UCI en mi casa, por eso la llevé para tratarla e intentar superar su enfermedad”, dijo Kelley.
Luego de una exhaustiva revisión médica, a Matilda se la diagnosticó con neumonía. Sin embargo, a pesar de las malas noticias emitidas por los veterinarios, la valiente bigotona parecía aferrarse con todas sus fuerzas a la vida, que es lo más preciado que todos tenemos.
Kelley trabajó sin descanso en favor de reestablecer la salud de Matilda, a base de administrarle algunos tratamientos y otro tipo de cuidados de apoyo, a través de un nebulizador y otra serie de medicinas.
Ya Matilda Beans parecía estar avanzando en su recuperación, mostrándose muy agradecida y feliz de encontrar a su salvadora. De pronto, se volteaba tiernamente boca arriba para que Ashley, le frotara suavemente su pancita o simplemente le abrazaba con sus mini patitas.
“Tenía una voluntad muy fuerte y quería vivir, así que lo hizo. Nos dijeron que quedaría invidente, pero, increíblemente, sus úlceras corneales desaparecieron por completo y ve muy bien. ¡Me asombra!”, añadió la mujer.
Matilda fue aislada en una habitación, que Ashley se encargó de llenar de olorosos y mullidos peluches, que hicieron de las delicias de la minina convaleciente y le brindaron gran compañía y consuelo.
La pequeña Matilda estaba encantada con sus decenas de peluches de juguete, pero, de una vez y para siempre eligió a uno de ellos como su colega preferido: Lamby Beans, un corderito de peluche de quien no se despegó más nunca.
Desde que lo conoció, Matilda ha compartido muchos momentos con su querido peluche, y no parece querer separarse de él. De hecho, aunque fue mudada de habitación, se llevó consigo su adorado corderito de felpa quien la acompaña dondequiera que vaya.
Su amigo pachón le inyecta fuerza y coraje a Matilda para salir adelante
Comparte esta historia con amigos. Para Matilda, quien está creciendo y recuperándose bastante bien, mantener a su corderito de peluche cerca ha sido una gran medicina.