La personalidad de un gatito puede resultar vital a la hora buscar una familia. La mayoría de las personas desean una mascota que sea amorosa y que adore jugar. Sin embargo, la vida en los refugios es tan dura que muchas veces los gatos se muestran aterrados. Amelia es una peludita que pasó mucho tiempo oculta en una manta.
«Parecía como si estuviese deprimida, pero solo era un poco tímida»
Todo parecía darle miedo, pero una pareja supo ofrecerle una oportunidad. Con un solo vistazo, comprendieron que la gatita podía llegar a ser mucho más alegre. Amelia fue rescatada a través de una operación de esterilizar animales de la calle. Era muy pequeña y se veía que no había comido en muchísimo tiempo.
Amelia vive en Carolina del Norte en los Estados Unidos.
Decidieron darle una oportunidad y la llevaron a eventos de adopción. Por desgracia, Amelia no hacía más que ocultarse en una manta.
Se acurrucaba de tal manera que muchas veces era realmente difícil encontrarla dentro de su refugio sagrado. La pobre gatita no entendía qué estaba sucediendo y sólo quería tomar cómodas siestas mientras se ocultaba del mundo exterior.
“En los eventos de adopción todos los gatitos jugaban, pero ella sólo quería esconderse atrás”.
Un voluntario, Rowan, decidió enseñarle que la vida podía ser diferente. La acompañó durante un par de días y en cuanto la pequeña comenzó a sentirse a salvo se atrevía a alejarse de su manta para investigar el mundo.
En poco tiempo se acostumbró a su hogar temporal y los rescatistas confirmaron que realmente era una gatita perfecta para dar en adopción.
“Es una gatita muy inteligente que adora tener largas conversaciones mientras le dan mimos. Es toda una experta a la hora de tomar siestas”.
Finalmente, llegó una pareja perfecta para ella. Como siempre, la gatita se encontraba en un rincón, pero una amorosa mujer estaba preocupada al notar lo mucho que temblaba.
Pidió que la sacaran de la jaula para conocerla y el resultado dejó a todos en shock. Amelia se subió de inmediato al cuello de su nueva madre y la abrazó dulcemente. Estaba claro que quería formar parte de su familia.
“Amelia está muy feliz y completamente enamorada de sus humanos. Ella los eligió”.
Ahora, Amelia pasa sus días felices y su única preocupación es decidir con cuál de todos sus juguetes podrá hacer travesuras. Su historia es una prueba más de que puede existir una familia y un hogar para todos los perros y gatitos de la calle. Sólo es cuestión de tener un poco de paciencia y esperar el mágico momento en que logran conectar.
Celebramos el rescate de esta adorable gatita que recibió el amor que merecía para superar las heridas del pasado y tener una vida feliz. Comparte su historia.