Seguramente en más de una ocasión has pensado que son las pequeñas cosas las que hacen la diferencia, algo que los animalitos nos dejan claro y ejemplo de ello son los adorables perritos, quienes con la única intención de ayudar ofrecen literalmente su cuerpo para brindarle seguridad a los más vulnerables. Kato, es hermoso perro puli, que sin pensarlo se convirtió en la madre temporal de una pequeña zarigüeya.
Los perros puli son mediana estatura y provenientes de Hungría.
Sally y Jon Watkinson son de Melbourne, Australia y los padres humanos del tierno Kato, para su sorpresa encontraron en el abundante pelaje de su perrito una zarigüeya bebé. La pequeña y asustadiza zarigüeya parecía que confiaba plenamente en el perrito, quien le brindó la confianza de habitar en su largo pelaje. Quizás pienses que los perros y las zarigüeyas no tienen la mejor relación, pero Kato y su pequeño nuevo amigo se llevaban muy bien.
Los puli se caracterizan por su largo pelaje que simulan cordones o rastas.
Sally Watkinson comenta que es sorprendente que Kato y su otro perro Hugo, apenas notaran que la bebé zarigüeya estaba sujeta en la cola, ninguno de los perros ladraba, sobre todo Kato, que parecía receptivo ante la pequeña visita.
Sally y su esposo decidieron contactar a los rescatistas de vida silvestre, la zarigüeya no quería salir de la cola del perro así que fueron con sus mascotas al veterinario, de esta manera lograron sacar al pequeño animal, revisarlo para hacerle el chequeo médico correspondiente y descartar lesiones.
La zarigüeya es uno de los marsupiales más antiguos del planeta.
Afortunadamente, la pequeña zarigüeya estaba en perfecto estado de salud pero como tan solo era una cría necesitaba un poco de atención antes de ser liberada en su hábitat, por lo que pasó la noche en la clínica veterinaria antes de ser trasladada y pasar una temporada a un cuidador de vida silvestre.
Watkinson comenta que la zarigüeya aún no se ha destetado, a pesar de su corta edad logró sobrevivir sola con ayuda del perrito perfecto que le brindó protección cuando más lo necesitaba.
Estos pequeños mamíferos son imprevisibles, nerviosos y activos.
Aunque la zarigüeya está a salvo, Watkison ha pedido al control local de animales que les informe si ven o saben de alguna zarigüeya adulta, podría ser la madre de la pequeña que habitó en su perrito y quizá puedan reunir de nuevo a la familia. Demostrar un poco de compasión, sobre todo, para un animal bebé puede hacer la diferencia.
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