Hay historias que nos demuestran lo insensibles que pueden llegar a ser algunas personas, y es que todo aquel que es capaz de lastimar a un animalito solo es el reflejo de que un monstruo incapaz de controlar su ira sólo puede perjudicar a quienes están en este mundo para amar y ser amados.
Recientemente, voluntarios del grupo de rescate Paw Rescue tuvieron que enfrentar una de las historias más tristes y conmovedoras. Por suerte, llegaron justo a tiempo y evitaron un trágico final.
Se desconoce cuánto tiempo estuvo atado en el río.
Desafortunadamente, la vida para algunos perritos está marcada por un pasado doloroso donde las cicatrices son evidentes, pero en definitiva, estas marcas no definen la esencia del perrito.
Cooper fue el perrito rescatado de un río con las patas y el hocico atados, sin duda, la persona que le hizo esto no solo pensó en abandonarlo sino en ponerle fin a su vida.
La herida de su hocico era la que más preocupaba a sus rescatistas.
Con medio cuerpo afuera y cubierto de agua sucia el perrito fue rescatado casi inmóvil y muy asustado.
Al sacarlo del agua y desatar sus nudos la sorpresa de los rescatistas aumentó cuando se dieron cuenta de la cantidad de heridas que tenía, la que más llamó la atención de los rescatistas fue la de su hocico. El desalmado que lo abandonó a morir había cortado parte de su lengua y amarrado su hocico tan fuerte causándole una gran herida.
Su recuperación fue lenta pero muy satisfactoria.
Rápidamente, Cooper fue trasladado al centro clínico veterinario más cercano, necesitaba atención médica de inmediato, en la clínica atendieron sus heridas y pararon la hemorragia.
Si bien aún queda un largo camino por recorrer Cooper está fuera de peligro y en las mejores manos. Fue necesario aplicarle múltiples antibióticos para calmar su dolor y sanar sus heridas.
Ahora disfruta jugar con los otros peluditos de la casa.
La historia de Cooper ha dejado a todos sus rescatistas consternados, sin embargo, el perrito ha demostrado que sus heridas no delimitan su presente y ha revelado ser un perrito muy cariñoso con todos sus cuidadores a pesar que su anterior dueño le hizo tanto daño. Un gran ejemplo de perdón y fidelidad con quienes le brindan ayuda.
Su increíble recuperación nos demuestra que todo es posible con las personas indicadas.
Al culminar su tratamiento fue dado de alto y trasladado a un centro especial de rehabilitación donde estuvo hasta que se recuperó por completo.
Afortunadamente, no pasó mucho tiempo para que alguien se enamorara de él y le brindara la oportunidad de amarlo incondicionalmente.
Cooper es un perrito feliz y agradecido con esta nueva oportunidad de vivir, de ser amado.
En su nuevo hogar Cooper ama correr por todos lados y jugar con sus otros hermanitos peludos.
En hora buena encontró la familia que tanto necesitaba. Estamos seguros que tendrá larga vida llena de amor y dulces aventuras.
Juntos podemos hacer la diferencia y salvar a tantos animalitos sedientos de amor, de justicia. Por favor, comparte esta historia en tus redes y seamos la voz de los más vulnerables.