En muchas ocasiones, parece que son nuestras mascotas quienes nos eligen a nosotros. Abbey es una voluntaria en el refugio SPCA de Canadá. Un día se topó con un hermoso perrito llamado Ted. El perrito se encontraba verdaderamente aterrado sin comprender cómo era la vida en el refugio. Varios voluntarios habían intentado acercarse a él, darle un paseo o algo de comida, pero Ted era muy desconfiado y no quería socializar con nadie.
El refugio está en la localidad de Yellowknife al noreste de Canadá.
Cuando Abbey se acercó a su jaula se dio cuenta de que necesitaba salir. Le dio unas deliciosas tiras de tocino con sabor a queso para ganarse su confianza. Ted las comió, pero de todas maneras se mostró completamente reacio a salir de su jaula. Abbey comprendió que no lo lograría pasear hoy.
Ted es mestizo de de pastor alemán y akita.
Seguía muy preocupada por él, así que le pidió al encargado que le diera una jaula un poco más grande ya que parecía necesitar más espacio. Esta fue toda la interacción que Ted y la rescatista tuvieron por unos minutos, pero se convertiría en la base de una hermosa relación.
“Es lo más extraño y maravilloso que me ha sucedido».
Horas después, Abbey terminó su jornada. Se dirigió a hacer algunas diligencias y cuando volvió a su casa se encontró con algo que la sorprendió. En su jardín había un perro ladrando efusivamente. Al principio pensó que debía tener precaución, pero logró entrar a su casa con normalidad. Decidió llamarlo para asegurarse de que el perrito se encontrara a salvo y fue allí cuando se llevó la sorpresa más grande su vida.
“Entre tantos lugares, él escogió detenerse en mi casa”.
Era Ted. Lo había reconocido por una pequeña herida en su nariz. Parecía imposible que el dulce perro llegara justamente a su casa, pero así había sido. Tras una llamada a SPCA lo confirmaron. El perro se había escapado y gracias a su agudo sentido del olfato sabía muy bien a dónde quería llegar: a la casa de la rescatista que le había dado algunas tiras de tocino. Abbey no cabía en sí de la sorpresa pero comprendió que era una señal del destino así que ahora se encuentra en el proceso de adoptar a Ted.
Ted recorrió más de 5 kilómetros en un territorio que no conocía. Pasó por una zona industria y el aeropuerto.
A pesar de todos sus años de experiencia, nadie del refugio había visto antes algo así. Entre todos los olores del lugar supo distinguir el de la casa de Abbey y allí se dedicó a esperarla.
Comparte esta nota para celebrar este bonita adopción. Ted ahora cuenta con una familia y nunca le faltará nada.