Aunque la vida tenga tragos amargos, siempre habrá un modo de cómo salir adelante y entre las dificultades y justo en esos momentos, los ángeles más luminosos tienden a aparecer.
Esto le ha quedado claro a los padres de una niña con trastorno del espectro autista (TEA) que han viso cuán favorecedor ha sido la llegada de un nuevo miembro en su familia.
Helena, la hija de la pareja, fue diagnosticada con autismo y el asunto cayó por completa sorpresa a sus padres.
La pequeña Helena tiene dificultades para expresarse debido a sus limitaciones comunicativas. Además es algo temerosa y no le agrada el contacto físico ni los ruidos externos pero todas estas limitaciones se han visto derrumbadas desde la llegada de su nuevo perrito a la casa.
Hace cinco meses la madre de Helena, Stella Petrovitz Barreto, supo de un perrito que había sido atropellado y necesitaba un nuevo hogar no sólo para recuperarse, sino para recibir el amor que en el pasado se le había negado.
Sensibilizada con la historia de la criatura, Stella decidió abrir las puertas de su casa al can que fue bautizado como Avelar.
La madre pensó que un poco de compañía sería bueno para Helena y no se equivocó pues ella y Avelar han hecho un gran equipo. Así que después de tenerlo en casa no hubo modo de que su esposo se rehusara a conservarlo y ya no de forma temporal.
“No estaba en condiciones. Pero sentí que necesitaba darle la bienvenida en ese momento; nuestra idea era ponerlo en adopción después de cuidarlo y alimentarlo, pero el vínculo entre Avelar y Helena era tan fuerte que su padre y yo decidimos que lo mejor era quedarnos con él”, dijo Stella.
La llegada de Avelar fue una verdadera bendición pues, aunque la familia ya tenía un par de perritos más que habían rescatado, este último parece ser muy especial. Avelar ha sabido cómo interactuar con la pequeña y ambos han establecido una bella relación de confianza.
No hay nada que Avelar y Helena no compartan.
Según declaró Stella, ahora Helena se ha convertido en una niña muy diferente a cómo era a principios de año. La pequeña parece sentirse más segura con la presencia de Avelar y reacciona satisfactoriamente ante el contacto.
“De hecho, se ha convertido en una chica más cariñosa y comunicativa que vive hablando con Avelar. Puede pronunciar el nombre del perro, que es súper amoroso y no se aleja de ella en sus momentos de crisis. Estoy muy agradecida”, aseveró la madre.
Juntos son una verdadera ternura.
Sabemos que los perros son una excelente compañía para los niños con TEA, de hecho algunos se convierten en perritos de servicio para ayudar a personas con este trastorno. Sin embargo, parece que Avelar se ha unido a Helena por amor incondicional. El animalito tiene un pasado de malos tratos y en la inocencia de la pequeña encontró la atención y el cariño que siempre había soñado.
El impacto que una mascota puede tener en estos niños es realmente increíble y parece que las almas puras siempre sabrán entenderse. Comparte esta noticia y motiva a tus amigos a adoptar, nadie imagina cómo este acto puede cambiar su vida.