Si el amor incondicional se pudiese materializar en algo concreto, ese algo tendría forma de perro. No es gratis el manido dicho que reza que el can es “el mejor amigo del hombre”.
Dadas sus enormes cualidades de lealtad, devoción y nobleza por encima del resto de los animales, y a veces, incluso de los propios humanos. Cada perrito que es rechazado y tratado injustamente, es un ángel menos en el cielo.
Este perrito pasó varios días solo y aterrado debajo del puente de Huánuco, en Rímac, Perú, tras haber sido cruelmente lanzado desde la ventana de un auto en movimiento, amarrado dentro de un costal, quedando completamente desamparado y hambriento.
Milagros Heredia, una mujer que pasó providencialmente por el lugar, encontró al pobre animalito sucio y lleno de picaduras, durmiendo en la humedad e intentando mantenerse con vida a través de la basura. Así que, en compañía de Carlos López, Marcos Calderón, Fiorella Yarma y René Huamán, el grupo decidió arriesgar su vida para rescatar a la mascota en desgracia y darle una nueva oportunidad de vida.
“Estaba mugriento, con hambre, frío y lleno de picaduras de los buitres que querían comerlo”, contó la voluntaria.
El rescate no fue sencillo. No contaban con las herramientas necesarias para realizar la maniobra por lo que, en un principio el mismo estuvo a punto de no llevarse a cabo. Sin embargo, viendo las condiciones en las que se encontraba el desafortunado peludo los rescatistas dieron todo de sí hasta que lograron sacar al perrito de su largo sufrimiento.
El animalito fue bautizado como Río y, tras el milagroso rescate comenzaron los cuidados necesarios y urgentes para su recuperación. Río está en busca una nueva familia que le de todo el amor que anteriormente le fue negado de manera tan violenta. Su salud ha mejorado considerablemente y se lo ve feliz, intentando rehacerse entre sus seres queridos.
“Río ha recibido terapias de amor, a pesar que tiene miedo en salir en las calles por el sufrimiento que pasó al ser abandonado. Hoy por hoy, ya está bien, está repuesto, dio su primer ladrido luego de 20 días (de su rescate). Incluso, no trabajé por quince días para cuidar de él y ahora tiene una nueva familia temporal y una nueva oportunidad”, dijo Milagros Heredia.
Río instantes después de ser rescatado de las aguas heladas, salvo al fin
Río, el fiel y amoroso perrito de seis años ya no quiere más estar expuesto al peligro y a la soledad.
Los animales tratados injustamente por la mano del hombre necesitan ayuda urgente, ser rescatados, un centro de adopción donde encontrarse seguros y hallar la casa definitiva donde ser felices y dar el amor que llevan dentro.
Adoptar o rescatar a un perro en estas condiciones es un acto de solidaridad y responsabilidad, pues el trato indigno hacia cualquier ser viviente es un delito castigado con cárcel por el Código Penal de todos los países del mundo.
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