En la mayoría de los países es usual ver perros callejeros, entre otras cosas, por la irresponsabilidad de la gente. Día a día nos encontramos en las calles casos terribles de perros que tienen tanto miedo de las personas que no dejan que se les acerquen.
Queremos ayudarles, pero no lo permiten. Esto no es fruto de la casualidad, sino que son las consecuencias de la barbarie y la indignidad que han sufrido; sin embargo, también hay que destacar que cada vez es mayor la cantidad de personas y grupos que se organizan para tratar esta problemática.
Eldad y Loretta, son una pareja de rescatistas siempre alertas ante cualquier situación difícil para los animales sin importar su especie. Inmediatamente después de rescatar a un perro, recibieron una llamada sobre otro, también en una situación que amenazaba su vida. Como buenos amantes de los animales, se dirigieron al sitio a ayudar, sin dudarlo.
Al llegar, lo que vieron les heló la sangre, paralizó su corazón. Un perro yacía con los ojos abiertos, mirando a la nada, adolorido, indefenso e impotente en un patio lateral de una vivienda.
No respondía satisfactoriamente a los estímulos de los rescatistas, estaba inapetente y tampoco deseaba beber agua. Algo definitivamente no andaba bien.
“Realmente podías ver los ojos del perro y conmoverte, fue como si estuviera mirando al espacio. ¿Qué le había pasado a este pobre animalito?, se preguntaba Eldad.
Pero lo peor fue cuando Loretta extendió su mano para intentar tomar al perro e incorporarlo y este se desplomó exánime en el piso. Estaba muy quieto, pero sus ojos contaban otra historia, un pasado terrible de violencia sin sentido.
Había mucho miedo, desconfianza y dolor en su mirada. Sin darse cuenta aún de lo que estaba aquejando al peludo, le pusieron la “correa roja de la suerte” y pudieron hacer que el perro se parara y caminara lentamente hacia una pequeña caja especial donde fue trasladado a urgencias.
Tras el examen preliminar, el especialista adviertió que el perro, ahora bautizado como Antonio, tenía un profuso sangrado interno, así que de inmediato tuvo que ser llevado a practicarle una cirugía de emergencia.
Antonio fue rescatado por sus ángeles guardianes Loretta y Eldad
Según el veterinario, ese tipo de lesión no es producida por un simple golpe o un arrollamiento. Por sus características, el pobre animal parece haber sido agredido con patadas.
“Antonio tenía el bazo roto y tuvo que ser extraído. Su hígado también estaba muy magullado, no habría sobrevivido otro día”, dijo el cirujano de animales.
Publiée par Loreta sur Vendredi 6 mars 2020
El valiente perro fue todo un campeón durante la cirugía y la recuperación. Pronto estuvo en un hogar de acogida y, con la ayuda de otros seres humanos amorosos, también encontró su hogar para siempre. Enhorabuena por Antonio, quien ahora ya tiene hasta su cuenta de Instagram.
No podríamos estar más agradecidos. Definitivamente, la pareja de rescatistas llegó como un par de ángeles caídos del cielo, en el momento justo para poder salvarle la vida.El amor y la entrega de algunos en beneficio de nuestras adorables mascotas, nunca deja de sorprendernos.
Comparte esta historia con final feliz con tus familiares y amigos, y alcemos la voz juntos en contra del maltrato animal.