Para los seres humanos tener que lidiar con algún yeso o fécula es un asunto un poco tedioso. Nadie quiere andar con algo de esto incorporado en su cuerpo pero por cuestiones de salud son necesarias.
Algo similar le sucede a los perritos y aunque pocos necesitan inmovilizadores, si hay un elemento bastante común que los médicos suelen enviar y que nuestras mascotas simplemente odian.
¡Bingo! Has dado en el clavo, se trata de los conocidos conos.
Todos los perros detestan tener esa especie de aislante en su cabeza y su uso es algo que los irrita demasiado. Sobre esto sabe muy bien una adorable bolita de pelo conocida como Yuki que hace un par de meses vivió una relación tormentosa con un cono.
Yuki enfermó de una infección en su oído y para evitar que se estuviese rascando, y pudiese lastimarse, el veterinario lo obligó al uso del cono. El asunto fue bastante molesto para el travieso perrito pero su oído sanó y ahora no debe usarlo.
La pesadilla del cono se había superado.
Mohammad Ali, el padre de Yuki, creyó que esos días de inquietud del perrito a causa del cono eran parte del pasado pero no sabía lo equivocado que estaba. Resulta que este copito de nieve no olvida y una vez vio la oportunidad quiso vengarse del molesto cono.
Estando solito en el patio, Yuki creyó que era el momento perfecto para destruir el triángulo y de ese modo nunca más tendría que usarlo.
Al menos eso creyó el ingenuo animal.
El caso es que el asunto no resultó como Yuki esperaba y, en medio de su venganza, el cono terminó por dominarlo. Claro que todo esto no ha causado más que risa a la familia.
«Mientras estaba en la cocina, me di cuenta de que Yuki no estaba cerca, así que eché un vistazo al jardín y allí estaba él, avergonzado», dijo Mohammad Ali.
Del modo más extraño, Yuki de había atorado en el cono y su rostro reflejaba una mezcla de sentimientos. Parece que el perro se sentía entre avergonzado y culpable, sabía que el cono lo había vencido pero además ahora necesitaba a su papá para salir del embrollo.
Después de unas cuantas risas, Mohammad decidió ayudar a Yuki y liberarlo de la trampa.
¿Acaso hay algo más gracioso?
El hombre pensó que esa escena era graciosa y única, así que decidió fotografiarla. Lo que Mohammad no imaginaba es que Yuki seguiría con sus intenciones de vengarse y parece no estar dispuesto a darse por vencido, aunque el cono siga ganando cada batalla.
Sin duda los perritos son como niños y el can de esta historia así lo demuestra, comparte esta nota y regálales alegría a tus amigos con esta guerra declarada al cono.