Los animales son seres sumamente amorosos capaces de saber cuando alguien se encuentra en apuros. Leo es un hermoso pastor alemán que se convirtió en un leal amigo para una asustada alce que había quedado vagando sola en el medio del bosque. Shannon Lugdon, la dueña del perro, quedó conmovida ante la bonita amistad que lograron hacer sin importar que eran especies diferentes.
El encuentro ocurrió en el estado de Maine en los Estados Unidos.
La familia Lugdon está acostumbrada a ver todo tipo de animales salvajes a su alrededor. Viven en una hermosa cabaña y desde allí han logrado establecer una gran conexión con la naturaleza. Sin embargo, no fue sino hasta recientemente que lograron conocer a una pequeña alce que se encontraba en apuros. Parecía ser muy pequeña y en esa edad los alces necesitan de la ayuda de su madre para poder sobrevivir.
Los alces dependen de su madre durante al menos un año entero.
Shannon se comunicó con los guardias del lugar para ver qué debía hacer en este tipo de situaciones. Allí le explicaron que debían esperar un tiempo prudencial de 24 horas antes de tomar ninguna medida ya que en ocasiones las madres dejan que sus pequeños vayan en busca de agua y luego vuelven a reencontrarse.
«Los alces ‘abandonados’ raramente han sido abandonados»
Shannon se mantuvo cerca para asegurarse de que nada le sucediera a la pequeña alce pero con el paso de un par de días comprobó que no lograba reunirse con su madre y seguía buscando comida por doquier. Decidió acercarse a ella con Leo, su pastor alemán. En cuanto el dulce perrito la vio corrió hacia ella y comenzaron a jugar como si se conocieran de toda la vida.
Los alces suelen ser solitarios una vez que alcanzan la madurez.
Leo procuró tratarla con mucho cuidado y siempre se portó como un amigo protector que la ayudó a sentirse a salvo. Para Shannon lo más importante era que la alce comiera algo así que le dio un poco de hierba, trébol y agua. Se contactó con un veterinario y él le recomendó que diera leche Lactaid.
Bautizaron a la alce como Miss Maggie.
Después de un par de días, Shannon volvió a acudir a los guardias. Ya era más que claro que la madre de la alce no volvería así que había que buscar un lugar en donde pudiera recibir ayuda. Llamaron a Amanda DeMusz, una bióloga que trabaja en el santuario Maine Wildlife Park.
La alce crecerá en el santuario y con el tiempo decidirán si se encuentra preparada para volver a hacer vida en el bosque.
La simpática alce no tardó en acostumbrarse a su nuevo hogar y Shannon planea poder ir de vez en cuando a visitarla junto a su buen amigo Leo. El dulce perrito la ayudó a sentirse seguro en un momento sumamente difícil para ella.
Celebramos esta bonita amistad que demuestra el enorme corazón que tienen los animales.