Hay quienes piensan que cuando un perrito nace con alguna condición o enfermedad simplemente no merece vivir. Sin embargo, nada más alejado de la realidad. Solo es cuestión de dedicarles un poco de tiempo y brindarles la atención médica que tanto necesitan para conseguir su lugar en la vida.
Con un poco de ayuda lograrán crecer felices y siempre agradecerán por todo el amor que le han brindado.
Esta perrita fue rescatada en el estado de Georgia en los Estados Unidos.
Cuando nació una perrita llamada Gracie, sus primeros dueños no fueron capaces de darle una oportunidad. Con tan sólo un par de días de haber nacido, la dejaron a su suerte en la calle. Estaba completamente cubierta en gusanos y su pelaje estaba cayéndose en varias zonas.
Gracie fue dejada a pocos metros del consultorio de un veterinario.
Pero la razón por la que simplemente se habían rendido con ella era clara: Gracie no tenía sus dos patas delanteras. A pesar de todo, era una perrita muy dulce y un par de minutos con ella bastaban para quedar con una gran sonrisa de oreja a oreja.
Gracie había nacido sin sus piernas debido a una malformación genética.
Después de recuperarse en la fundación Mostly Mutts, Gracie fue adoptada por la familia Turley. Se trataba de un hogar en donde ya tenían gran experiencia para cuidar perros con discapacidad.
Ahora solo era cuestión de ayudar a Gracie con una silla de ruedas para que pudiera moverse con más comodidad.
Gracie ahora vive con un chihuahua de 3 patas y otra perrita mestiza que sufre de parálisis.
El único problema era que Gracie todavía era una cachorra en crecimiento. Como su tamaño cambiaba constantemente resultaba muy costoso hacer una silla de ruedas que dejaría de usar en cuestión de semanas.
Fue entonces cuando un voluntario descubrió cómo ayudarla. Dylan se las ingenió para hacer una silla de ruedas adaptable con piezas de Legos.
Dylan apenas tiene 12 años de edad.
A medida que Gracie crecía un poco más, Dylan acudía de inmediato y ajustaba la silla de ruedas para que ella lograra seguir con sus travesuras por toda la casa. De no ser por la ayuda del amoroso joven, la pobre perrita habría pasado sus primeros meses de vida sin poder explorar y jugar por toda la zona.
Cuando Gracie cumplió su primer año de edad recibió su silla de ruedas definitiva.
No hay duda de que la ingeniosa idea de Dylan puede impactar la vida de miles de perritos con discapacidad.
Con un poco de creatividad podemos ayudar a que estos animales lleven una vida alegre y feliz. Comparte el grandioso gesto de este noble ser.