Jamie Orozco es un residente de Los Ángeles. Un día cualquiera a finales de junio, escuchó los débiles maullidos de un gatito. Trató de identificar de dónde provenía el llanto, pero fue inútil. No pudo encontrar al chiquillo.
Unos días más tarde, el maullido regresó, y esta vez, Jamie podía escuchar claramente al gatito y sabía que estaba cerca.
Este pequeñín maulló hasta que la ayuda que tanto ansiaba llegó
Después de recorrer el área, encontró una pequeña bola de pelo en los escalones de una casa. Estaba solo. El gatito no tenía madre, ni hogar a dónde ir, así que Jamie se acercó para brindarle ayuda.
Jamie quería lo mejor para este pequeño huerfanito, pero ella no era la más indicada para brindarle toda la atención que necesitaba, así que decidió contactar a los expertos de Wrenn Rescues.
Mustang es un chiquitín que no tiene el tamaño acorde a su edad
Ashley Kelley, voluntaria de esta organización, respondió rápidamente cuando se enteró de que el gatito necesitaba atención las 24 horas.
Como tenía otros cuatro gatitos de su edad y éste estaba solo, Ashley se ofreció para hacerse cargo, consciente de lo importante que es socializar.
El travieso Mustang en acción junto a sus hermanitos
Al gatito lo llamaron Mustang Bartholomew y con seis semanas de vida, tenía la mitad del tamaño que corresponde a una cría de su edad. Era pequeño, pero tenía una personalidad irresistible y un enorme deseo por agradecer con afecto a las personas que lo habían librado de las calles.
Al poco tiempo de llegar a casa de Ashley, el pequeño Mustang conoció a sus hermanitos de crianza y entonces todo fue perfecto para él. Cuando no se acurrucaba con su madre temporal, sentándose a cada instante en su regazo para hacerle sentir su amor y gratitud, se refugiaba en los otros 4 gatitos.
Mustang haciendo lo que más le gusta hacer: sentarse en las piernas de sus cuidadoras
Pero el viaje de estos gatitos no finalizaría aquí. Una vez completada la primera etapa de cuidados, Ashley recibió el apoyo de Jen Marder, otra voluntaria que tenía la misión de preparar a los chiquillos para ser adoptados por las familias indicadas.
Desde luego Mustang no tardó en destacarse. Era diminuto, pero de una personalidad enorme y tal y como ocurrió con Ashley, el gatito no perdía la oportunidad de refugiarse en el regazo de su nueva mamá. Jen estaba convencida de que este huerfanito y su pandilla iban por el buen camino.
Bellos, saludables, dulces e irresistibles, no pasará demasiado tiempo antes de que encuentren el hogar perfecto para cada uno.
Puede que a Jen le conmueva un poco saber que tarde o temprano Mustang deberá decir adiós a los hermanitos adoptivos que tanto adora, pero ella sabe que una familia indicada sabrá llenar ese vacío perfectamente.
Ahora ninguno de estos gatitos tendrá que volver a las calles. Todos irán a parar a los hogares que merecen, para recibir los cuidados y la atención que tanto necesitan.
Mustang y sus hermanitos de crianza se preparan para sus nuevas familias
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