Darwin es un hermoso gatito de color blanco que llegó para cambiar la vida de muchos. Kellen lo rescató de un refugio y desde entonces se han vuelto inseparables. Cuando lo llevó al veterinario le dijeron que tenía muy pocas probabilidades de sobrevivir. Había pasado sus primeros meses sin alimentarse apropiadamente y su cuerpo estaba comenzando a colapsar.
“Siempre he creído que este gato es un verdadero milagro”.
A pesar de que los médicos estaban listos para rendirse, Darwin todavía tenía fuerzas para luchar. Ante los atónitos ojos del veterinario, comenzó a volverse cada vez más fuerte y ahora tiene 17 años. Kellen no tardó en darse cuenta de que el felino era sumamente dulce y especial con todo el que conocía. Ella abre las puertas de su hogar constantemente para otros gatitos que necesitan de una casa temporal y en los casos más difíciles Darwin siempre permanece a su lado y la ayuda como un dedicado enfermero.
“Incluso deja que los otros gatos tomen comida de su plato. Se vuelve el mejor amigo de todos los animales y humanos que conoce”.
A lo largo de los años Kellen y Darwin han desarrollado una hermosa tradición: dar paseos en el parque. Este gatito adora explorar y conocer nuevas personas para pedirles de inmediato que sucumban ante él y le de den todos los mimos posibles. Recientemente, Darwin conoció a alguien muy especial.
Lida es originaria de Uzbekistán y tiene 85 años de edad.
Una mujer se encontraba sentada bajo un árbol con la mirada perdida. Parecía encontrarse muy sola y triste, pero una vez que sus ojos se toparon con el dulce Darwin todo cambó de inmediato.
“Cuando vio a Darwin sus ojos se iluminaron”.
El gatito se acercó hacia ella dulcemente y no tardaron más de un minuto en hacer una hermosa conexión. Lida no podía evitar tener una enorme sonrisa en su rostro mientras abrazaba a Darwin y jugaban por todo el parque.
“Mientras los veía jugar estuve sintiendo un nudo en mi garganta. Fue hermoso”.
Con el paso de los años, el gatito ya no cuenta con la misma energía de antes pero en cuanto conoció a Lida parecía un cachorro feliz de corretear por todos lados. Lo mejor de todo es que la dulce anciana de 85 años también pareció rejuvenecer al lograr compartir unos minutos tan especiales con este animal.
“Me habló de una gatita que había tenido. Me dijo que era hermosa y que todavía la extraña mucho”.
No hay duda de que todos los animales son seres muy especiales que nos llenan de alegría. Ahora, Lida podrá visitar a Kellen y Darwin cuando quiera y así podrán seguir recobrando esa energía y juventud que ambos recuperan cuando están juntos.
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