Un gato callejero puede ser una de las criaturas más solidarias y sensibles. Es tanto lo que ha sufrido y atravesado en los embates de la calle y el desamparo, que cuando uno de sus iguales necesita de su ayuda, jamás dejará de velar por él, ofreciéndole amor y consuelo.
¿Cuánto amor crees que puede haber entre dos animales? Te sorprenderías solo de saber lo mucho que estas criaturas pueden llegar a quererse, a acompañarse y a valorarse. La historia de hoy es una de esas que nos achica el corazón, pero que termina con final feliz.
Nabi y Norang eran un par de gatos callejeros. Lógicamente, cuando vivían en las calles no tenían ni siquiera estos nombres, eran simplemente un par de animalitos pulgosos y sucios que vivían en condición de abandono en las calles de Corea del Sur.
El gato sin hogar Nabi, a la izquierda, nunca pierde de vista a su amigo Norang, otro callejerito
Nabi, con pintas grises, cuidaba como ningún otro de su amado amigo Norang y solo bastaba ver a su compañero caminando para saber la razón.
Norang tuvo un accidente, no se explican exactamente cómo, pero creen que pudo haber sido lastimado por un vehículo. Esta lesión le impedía usar de un modo normal sus patas traseras y prácticamente se desplazaba arrastrándose.
Su protección era absoluta, en especial porque Norang estaba discapacitado
De algún modo Nabi sabía que su amigo estaba en una notable desventaja y no podrás imaginar lo que sucedió a continuación…
¡Este gato se convirtió prácticamente en el ángel guardián de su mejor amigo! Nabi siempre estaba allí, dispuesto a proteger al gatito minusválido a toda costa.
Nabi y Norang son dos gatitos inseparables con una historia más que enternecedora:
Cuando conseguían un poco de comida, muchas veces gracias al buen corazón y cortesía de una mujer que sabía su situación y que trataba de ayudarlos constantemente, Nabi se aseguraba de que Norang comiera bien y de que nadie estuviera allí para amenazarlo y molestarlo.
Incluso en algunas oportunidades, cuando otros gatos merodeaban la caja de cartón donde estos dos amigos vivían, Nabi salía al encuentro de los intrusos con fiereza, dispuesto a defender su territorio y a su inseparable compañero gatuno a como diera lugar.
Norang casi arrastraba sus patas traseras para lograr trasladarse
Pero la vida de Nabi y Norang estaba por cambiar para mejor. La misma mujer que los alimentaba contactó a un grupo de rescate, ansiosa por ayudar a los gatitos.
No fue difícil atraparlos, pero puedes estar seguro de que para ambos amigos fueron días muy angustiantes.
Su vida cambiaría para siempre
Una evaluación médica les permitió ver que el problema de Norang tenía esperanzas y el gato fue sometido a una exitosa operación que le permitió recuperar la movilidad en sus patas posteriores, así como caminar normalmente.
Desde luego que la recuperación fue lenta y tanto él como Nabi pasaron momentos de mucho estrés, pero estaban en las manos indicadas…
Gracias a una operación, recuperó la movilidad y sanó de su lesión
¡Y lo mejor estaba por llegar! La misma mujer que promovió su rescate los esperaba con ansias en casa… Este par de amiguitos ya no tendrían que preocuparse por nada más.
Ahora Nabi y Norang tienen todo lo que anhelaban de la vida: amor, protección y un hogar donde acompañarse con la lealtad que siempre se han profesado.
Este par de amigos incondicionales merecían tener una vida juntos hasta sus últimos días
Esta historia es tan linda que es un verdadero desperdicio no compartirla para reconocer tan grandioso rescate y la lealtad de los animales.