Peter llegó a las vidas de Emma y Oliver en el momento adecuado. Una familia del Reino Unido había adoptado al Spaniel, pero con el paso del tiempo se dieron cuenta de que la mascota tenía un singular “tic” con el cual no puede lidiar cualquier persona.
Emma y Oliver escucharon las advertencias acerca de los cuidados que necesitaba esta mascota y encantados decidieron hacerlo un miembro más de su familia, no se echarían atrás por una cosa tan insignificante como este singular síndrome.
Peter tiene una vida normal, hasta que se emociona
No obstante, Emma no pudo evitar alarmarse cuando vio por primera vez a Peter tener un ataque. De la nada, las patitas traseras del perro se paralizaron, el animal se desplomó en el suelo de un instante a otro y a los pocos segundos volvió a ponerse de pie, como si nada.
Desde luego, Emma y Oliver buscaron de inmediato la opinión de los expertos, pero aunque varios médicos han evaluado a Peter, ninguno de ellos se explica realmente por qué ocurre esto. Algunos aseguran que puede tratarse de una rara condición neurológica.
Peter es travieso, amoroso y juguetón a pesar de su enfermedad
Al parecer, cuando Peter se emociona tiene un fallo que le ocasiona la parálisis. Entre los veterinarios se conoce con el nombre del Síndrome de la cabra que se desmaya. Es común que estos animales tengan una reacción similar a la de Peter cuando entran en pánico.
Emma asegura que Peter siempre está consciente cuando se desmaya. Sus ojos permanecen abiertos y rara vez le quita la mirada de encima, ¡pero a veces su cuerpo se congela durante 30 segundos!
Mira en este video en qué consisten los inexplicables ataques de Peter
Puede suceder si disfruta de un paseo o si ve un animal que despierta su interés. A veces sucede cuando salta, camina sobre un nuevo tipo de superficie o siente gotas de lluvia.
A veces hasta se congela sin ninguna razón obvia, pero Emma y Oliver insisten en que él está feliz y sano, no siente ningún dolor.
Los estímulos nuevos y las emociones fuertes, ocasionan la parálisis de Peter
Desde luego, la familia se ha acostumbrado a las parálisis de Peter y ahora se lo toman hasta con sentido del humor.
Saben que mientras el perro tenga el amor y las atenciones que merece, esta rara condición no tiene por qué repercutir severamente sobre su calidad de vida.
Emma y Oliver realmente adoran a Peter
Peter juega y se alimenta como cualquier otra mascota normal, solo que a veces su emoción le juega estas malas pasadas.
Cada vez que surge un ataque, sus amos están allí para vigilarlo, asegurarse de que se reponga y cerciorarse de que no se ha hecho ningún daño.
La familia acepta a Peter como uno más
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