Seamos honestos, no todos sabemos bailar. Algunos sencillamente nacemos con dos pies izquierdos y capacidades de sincronización prácticamente nulas, mientras que a otros la naturaleza les concedió más aptitudes para destacar en las pistas de baile. Sin embargo, el hecho de bailar al ritmo de la música no es un don exclusivo de la cultura humana; surge también en los animales cuando ciertas capacidades cognitivas y neuronales se conectan en su cerebro.
La Universidad de Harvard, en su sección de ciencia y tecnología, hace unos días escribió que Snowball realmente baila y que al parecer bailar no es una condición propia del ser humano.
Snowball es objeto de investigación desde hace 10 años
En Estados Unidos, Snowball, la famosa cacatúa en cautiverio nacida en 1996 y que saltó a la fama hace 10 años atrás por sus videos de Youtube, ha demostrado que no solo es amante de los Backstreet Boys, sino que también sabe bailar al ritmo de los años ochenta y sin entrenamiento alguno. En continuas investigaciones sobre su caso los investigadores experimentaron exponiendo al ave a algunos temas muy recordados como “Another One Bites The Dust”, de Queen, y “Girls Just Wanna Have Fun”, de Cindy Lauper.
“Lo que más nos interesa es la gran diversidad de sus movimientos (de la cacatúa) con la música”, dijo uno de los autores del estudio, el psicólogo Aniruddh Patel, de las universidades de Tufts, en Massachusetts y de Harvard, ambas en Estados Unidos.
Ani Patel Neurocientífico de las universidades de Tufts y Harvard
En un estudio anterior, Patel constató que a pesar de que la danza es una habilidad natural de los humanos ausente en otros primates, esta ave podía moverse al ritmo de la música. Según muestran otras investigaciones, las cacatúas son capaces de mover la cabeza de un lado a otro y levantan sus patas siguiendo un ritmo determinado. La diferencia con los humanos que es que estos se mueven de distintas formas y utilizan varias partes del cuerpo.
Finalmente, a propósito del tema, el profesor de psicología en la Universidad Tufts destacó el hecho de que esta ave no es la única con capacidades de este tipo:
“Aunque Snowball es un animal maravilloso, no es único. Hay ejemplos de otros loros que realizan diversos movimientos de música en Internet, pero es el primero en ser estudiado científicamente”, dijo Patel.
Después de estos resultados, la humana de Snowball y coautora del estudio actual, Irena Schulz, también se dio cuenta de que su emplumada amiga efectuaba movimientos inéditos en reacción a la música.
Según Schulz, tal vez esta habilidad responda al hecho de que las cacatúas, a diferencia de los monos aprenden a expresarse vocalmente, al igual que los humanos, y sus cerebros tienen ciertas conexiones entre el oído y los mecanismos que permiten el movimiento.
Curiosamente, nuevos videos muestran cómo Snowball, sin haber tenido ningún tipo de entrenamiento para bailar, reacciona a 23 minutos de música con movimientos diversos y espontáneos, moviendo la cabeza hacia adelante, hacia atrás, a los lados y en círculos, en combinación con el levantamiento de sus dos patas y empleando varias partes de su cuerpo, tal como lo hacemos las personas.
Bailar es una de las muchas maneras de experimentar la vida. Toda mujer y hombre deberían permitirse, más allá de sus condiciones, liberar su “bailarín interior” y conocer, como Snowball, la alegría de vivir a través del baile.
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