Para la mayoría de las personas, los tiburones inspiran temor por su carácter supuestamente feroz y su poderosa mordida. Sin embargo, lo cierto es que estos animales siguen siendo grandes desconocidos para los seres humanos, tanto que, a pesar de que, seguramente, más de uno no sabe cuándo ataca un tiburón y por qué lo hace, a esta pareja de kayakistas del sur de California, vaya que no les debe haber quedado duda al respecto.
Este par de amigos californianos podrían considerarse como resucitados de la muerte, después de haber podido vivir para contar un ataque sufrido por un inmenso tiburón blanco, el 5 de octubre pasado.
Bill Powers y Danny McDaniel estaban disfrutando de un fin de semana de campamento, buceo y kayak en el Campamento Emerald Bay en Santa Catalina Island, a 46 kilómetros al suroeste de Long Beach.
Mientras paseaban en kayak, una de las bestias marinas más impresionantes que jamás hubieran visto apareció y los embistió sorpresivamente, echando por tierra el apacible recorrido que tenían planeado.
“Un gran tiburón blanco de aproximadamente 4,5 metros de largo se agarró por la parte trasera del kayak de Danny [y] lo perforó, dejando una marca de mordedura muy ancha y dos dientes”, contó Powers al grupo de informes de buceo del condado de San Diego.
La gigantesca marca de dientes del escualo medía 48 centímetros de largo y estaba a pocos centímetros del trasero de Danny uno de los tripulantes, mientras que los dos dientes que la criatura marina dejó insertados en el kayak eran cada uno de aproximadamente 0,63 y 1,9 centímetros de ancho.
Puede verse el tamaño de las fauces del tiburón con las marcas entre diente y diente
“Basado en el tamaño de los dientes, el tiburón puede haber sido incluso más grande de lo estimado por los dos kayakistas”, dijo Powers.
Powers afirma que ninguno de los hombres molestó deliberadamente al tiburón y que no llevaban ningún alimento. Sin embargo, al sentir su territorio invadido o su bienestar amenazado, cualquier especie puede reaccionar para alejar posibles depredadores, lo que no significa que siempre que ataca un tiburón se deba al encuentro con personas o animales desconocidos.
Bill Powers y Danny McDaniel con los dientes que el tiburón dejó en su kayak
“Fue una mordedura no solicitada y no provocada. Fue emocionante, pero no indicativo de un monstruo”, aseguró McDaniel.
Por su carácter solitario, reservado y territorial, la presencia de extraños en el territorio de los tiburones puede provocarles estrés y conllevar a conductas autodefensivas. Por eso es que, definitivamente estos dos kayakistas pueden considerarse muy afortunados, ya que, teniendo en cuenta su fuerza, poderosa mordedura y dientes afilados, este mecanismo de defensa de los reyes del mar, puede tener resultados letales.
Comparte esta emocionante historia con tus familiares, amigos. A partir de ahora, ya sabes que el miedo y hasta la fobia a los tiburones está más relacionada a nuestra cultura, a la difusión de falsos mitos y a experiencias negativas vividas por algunas personas.