La temperatura ha comenzado a descender en muchos lugares del mundo y, aunque algunos disfrutan los días de invierno desde la comodidad de sus casas, para muchos este clima no resulta nada favorable.
Los hombres y animalitos sin hogar son los más expuestos a contraer hipotermia debido al frío y además de ellos se ven peligro de accidentes ocasionados por las mismas condiciones climáticas.
Un evento de este tipo sucedió hace unas semanas en un lago en Reino Unido.
Un peludito estuvo caminando sobre el agua congelada del lago Pontefract Park, sin notar el peligro que corría.
El hielo se rompió y el indefenso can cayó despavorido al agua congelada. Pese a sus intentos por zafarse del problema, el animal no encontraba cómo regresar a la superficie.
Era cuestión de tiempo para que el perro muriera.
Pero parece que la muerte no estaba de su lado, pues un hombre se percató de lo que sucedía y no lo pensó dos veces antes de meterse al agua. Se trataba de Darcy Pell, un local que de la nada se sumergió en el lago y nadó hasta llegar a la criatura en problemas.
Su heroísmo salvó la vida del animal.
Alrededor de la escena se aglomeró un grupo de transeúntes a admirar el hermoso gesto de humanidad. Este hombre antepuso la vida del perro por encima de su propio bienestar y sin duda para todos era un gesto que merecía ser reconocido.
Al llegar a la orilla, los desconocidos recibieron a Pell y al peludito.
Todo el rescate quedó registrado en un emocionante vídeo que grabó Paula Town, una de las testigos que decidió dejar evidencia del esfuerzo de Pell por salvar al animalito.
“Cuando llegamos al lago, pude ver un perro en el agua, estaba tratando de salirse del hielo pero seguía cayendo. Me sentí presa del pánico y recorrí al lado del lago en busca de una boya salvavidas, pero no pude encontrar ninguna. Por suerte llegó ese tipo, se sumergió en el agua y el resto está en el vídeo”, dijo Town
«Ese tipo era el señor Pell, a quien Town ha catalogado como un héroe debido a su hazaña: “Qué héroe, este completo extraño rescató al perro de esta familia cuando se metió en problemas en Pontefract Park”, dijo la emocionada mujer.
Este rescatista inesperado resultó ser no sólo valiente sino generoso y humilde, pues para él no se trató de ningún esfuerzo extrahumano y no se considera para nada como un héroe. De hecho el propio Pell dijo que no había sido “ningún héroe, sólo vio un perro necesitado”.
Pese a su sencillez y humildad, cabe destacar el verdadero valor de la hazaña de este hombre ¿cuántos peludos en problemas pueden cruzarse a diario por el camino de tanta gente y no obtienen ni la atención ni la ayuda que necesitan? El no pasar de largo y detenerse a ayudar es un gesto que merece ser aplaudido.
Felicidades a Pell por ser parte de esas buenas personas que aún quedan en el mundo, comparte este rescate y envíales a este hombre tus bendiciones.