Si hay algo realmente satisfactorio es contemplar a la madre naturaleza en su máximo esplendor, desde escuchar caer una hoja de un árbol hasta el sonido de los más exóticos y pequeños animales, son detalles que nos regalan una experiencia satisfactoria.
Son muchas las personas que se toman unos días para desconectarse de la cotidianidad que implica la ciudad, otros tienen el gran privilegio de vivir en un lugar que parece un verdadero cuento de hadas.
Te presentamos a una mujer que vive rodeada de la hermosa naturaleza, a diario no solo contempla los grandes y verdosos árboles sino que puede alimentar algunos animalitos que se han convertido en sus mejores amigos.
Especialmente un pequeño ciervo salvaje que desde el momento en que era solo una cría la mujer decidió ganarse su confianza.
Cuando lo encontró estaba completamente solo y desorientado.
La primera vez que ella vio al pequeño ciervo era solo un bebé, temeroso y tierno, el pequeño animalito recibió las caricias y cuidado que le ofrecía. Poco a poco fue creciendo la amistad y el pequeño ciervo también. Desde entonces el vínculo entre estos dos seres se fortaleció cada vez más.
A diario el animal llega a la casa de la mujer sabiendo que será alimentado y durante algunos minutos será el centro de atención.
Desde entonces, se ha convertido en el miembro más pequeño de la familia.
El tierno animalito vive en su hábitat natural, pero todos los días visita a la mujer que le brindó ayuda cuando era solo una cría. El ciervo responde cada mañana a un llamado que la mujer deja escapar frente a la naturaleza, ella desconoce si el animal es huérfano.
Como si se tratara de algún código especial entre los dos, el ciervo entiende el sonido y recorre kilómetros desde cualquier lugar del bosque donde se encuentre hasta legar a la casa.
La mujer a diario le prepara su biberón, incluso lo limpia después de bebérselo todo.
No solo es sorprendente sino increíblemente tierno ver el vínculo entre el ciervo y la mujer, incluso podemos pensar que el animalito ve a la mujer como una madre adoptiva.
Cada vez que el ciervo llega casa se dan un abrazo prolongado y se dirigen a la cocina donde la mujer le hará un biberón mientras el ciervo espera pacientemente a su lado como el propio niño que espera para recibir su comida favorita.
La mujer realiza un extraño sonido todos los días y el ciervo responde al llamado.
Una vez que el biberón está listo, el ciervo se lo toma en cuestión de segundos. Al respecto la mujer comenta:
Esto es lo que hacemos en la mañana, a veces en el almuerzo y la cena”.
Es realmente hermoso lo que la mujer ha hecho por este animal. Sin duda, un amor incondicional que no conoce límites.
No dejes de compartir esta tierna y emotiva historia en tus redes para que más personas puedan disfrutar de las aventuras que nos regalan los animalitos.