Si tienes el privilegio de contar con un fiel compañero canino en tu hogar, de seguro ya sabrás una de las razones por las que los perros son reconocidos como los mejores amigos de los seres humanos: ellos sí que saben amar, cuando son queridos o no, devuelven cariño sin condiciones, ni reservas y sin ningún compromiso.
Los perros aman la vida en presente, no se obsesionan con el pasado ni se preocupan por el mañana, sino que viven cada instante a plenitud, siempre agradecidos tan solo por el hecho de existir. No sabemos la suerte que tenemos de contar con ellos.
Cuando sufren algún accidente o enfermedad que los discapacita no se ponen tristes ni se deprimen como nosotros los seres humanos, sino que se adaptan a esa nueva realidad con bastante rapidez una vez se recuperan.
La historia de Kellar es ejemplar, es un tierno Springer Spaniel de tres años que nació con pérdida total de la visión, pero, en realidad el peludito es tan alegre y optimista que nunca lo demuestra. No deja que su discapacidad le afecte ni lo deprima en lo más mínimo.
La ceguera es una de las discapacidades más frecuentes en los perros, pero Kellar está decidido a vivir una vida normal, como cualquier otro. Es esa capacidad de hacer frente a las adversidades de estos animales lo que los hace unos maestros dignos de imitar por las personas.
“Todos podríamos aprender una valiosa lección de nuestros perros en términos de ser felices a pesar de las luchas que podamos enfrentar en la vida”, afirmó su cuidadora.
En un fabuloso vídeo lo vemos feliz corriendo por el patio. Su ceguera no le impide comportarse y jugar a buscar la pelota que su humana le lanza una y otra vez, como cualquier perrito enérgico y juguetón. Es algo asombroso que no podemos dejar de ver.
“¿Estás listo? ¡Búscala!”, se oye decir a su humana en la grabación.
Kellar persigue la pelota, guiado por los gritos de ánimo de la mujer quien le va diciendo: “caliente” o “frío”, según sea el caso, hasta que finalmente el tierno animalito toma la pelota y la lleva de vuelta donde le espera un gigantesco abrazo, muestra de que con amor, todo se logra.
No obstante, y aunque no sea el caso de Kellar es importante no dejar de lado un hecho triste, pero cierto. En contraposición a su fuerza y deseo de superación y adaptación, los perros discapacitados no solo sufren los efectos físicos de su condición, sino los efectos psicológicos producidos por la discriminación.
Estos animales son objeto de rechazo social a la hora de ser adoptados, sufren además, falta de atención, de cuidados y de cariño, al igual que las personas con alguna discapacidad. Esto significa que esta no solo afecta a las personas y que sea quién sea el que la padezca siempre genera una gran discriminación con la cual tenemos que terminar.
No debemos olvidar, por otro lado, la importante labor que estos animales realizan con las personas que sufren determinadas discapacidades como la ceguera. ¿No crees que deberíamos las personas devolverles ese cariño y ayuda cuando sean ellos quienes sufran? Comparte esta hermosa historia de constancia y amor por la vida con tus seres más queridos.