Muchas organizaciones que luchan por los derechos de los animales no se cansan de promover campañas en pro de la adopción animal en lugar de comprar mascotas. La llegada de un perrito adoptado a un hogar sin duda es el mayor bien que les puede suceder a las familias, sin hablar del enorme poder reparador que tiene sobre los corazones de los perritos, que muchas veces arrastran pasados de maltrato y abandono desoladores.
Esa era la triste historia de Shey, un poodle miniatura de 14 años, que había sido abandonado en un refugio, el Animal Rescue League de Iowa, por la estúpida razón de que su familia se cambiaría de casa y decidieron que la mascota no se iría con ellos.
Al perrito le faltaban todos, menos uno, de sus dientes, estaba sordo, medio ciego… Su estado era verdaderamente deprimente. Hasta que al cabo de 4 meses, un ángel enviado de arriba llamado Tristan, un pequeño con un corazón de oro, llegó a las puertas del refugio.
Tristan junto a su madre estaban buscando adoptar un perrito que le encantara estar en los brazos. Con seguridad el personal del refugio supo de inmediato que ese perro sería Shey.
Procedieron a colocar el perro en los brazos de Tristan, y la conexión fue inmediata.
“Shey estuvo muy cómodo con Tristan desde el principio”, dijo Jessica.
El personal del refugio empezó a advertirles de todas las limitaciones de Shey, que no eran pocas, pero impresionantemente Tristan atendía a todas y cada una sin perturbarse. Estaba dispuesto a hacer lo que fuera por llevarse consigo a Shey y darle los mejores últimos años, quería de verdad adoptarlo porque era el más anciano del refugio.
Después se quedaron sin palabras cuando vieron que el niño sacó su teléfono y en el calendario empezó a registrar las fechas de las futuras vacunas y toda la medicación que necesitaría tomar. Les contó que tenía ya un lugar reservado para Shey en su casa.
«Solo tenemos una cosa por los perros mayores», dijo la madre de Tristan. «Saber que estás haciendo algo por ellos que otras personas podrían no hacer».
Jessica Jorgenson, de Animal Rescue League, estaba impactada de lo atento a las necesidades de Shey que estaba Tristan. Sin duda, estaba convencida de que quedaría en las mejores manos.
“Shey está muy contento. Abrazarse es su cosa favorita en el mundo, y se acurrucó con Tristan”, escribieron en la página del refugio.
Pero el amor y la bondad de Tristan no quedó ahí. En su paso por el refugio, se dio cuenta que había muchos más perros necesitados, así que le dijo a su madre que debían hacer algo al respecto. Y ya que su madre tiene una tienda de ropa, le sugirió que fijaran un día en que los ingresos por las ventas se destinaran a los perros que no eran adoptados fácilmente, para ayudarles a conseguir un hogar.
Así fijaron los «martes de Tristan», el día en que un porcentaje de lo vendido iría al refugio. ¡Es impresionante el corazón de este niño!
Después se dio a conocer que Shey pasó los días más felices junto a Tristan y con frecuencia la pareja visitaba el refugio. Pero el día de ayer publicaron en su página la dolorosa noticia que temían y que sabían que algún día llegaría.
«Lamentamos decir que Shey falleció recientemente. La pérdida de su amigo golpeó duramente a Tristan, pero se alegró de poder darle tanto amor en sus últimos meses. A pesar de que estaba de duelo por Shey, les dijo a sus padres que quería volver al ARL para encontrar otro perro mayor que necesitara ayuda», escribieron en la página del refugio.
Así que acudieron al refugio nuevamente, y el niño se prendó de otro perro llamado Gus. Al igual que Shey, era enfermo y mayor. Pero en un momento Tristan rompió a llorar al recordar todo lo vivido con Shey, todo era demasiado para su gran corazón. Increíblemente el perrito se acercó a él y lamió sus lágrimas. Era obvio que Tristan ya tenía un nuevo amigo que llevar a casa.
«Estamos tan contentos de que Tristan ahora tenga un nuevo amigo para ayudar a sanar su corazón, y que Gus tenga a un niño tan increíble para amar», concluyó Jessica.
Si has necesitado secarte las lágrimas leyendo esta historia, no les prives a tus amigos de conocerla y compártela. Y recuerda: ¡Adopta, no compres!