Para muchos gatos y perros callejeros en el mundo, las restricciones impuestas por la pandemia de coronavirus pueden significar una sentencia de muerte. En Nueva York, Estados Unidos, una de las ciudades que fue epicentro del coronavirus en América, una camada de gatitos logró ser rescatada y puesta a buen resguardo justo a tiempo.
El grupo de animalitos fueron dados a luz por una gata salvaje, quien los dejó en el sótano de una tienda de utensilios de plomería en Bellerose, Queens. Debido a que el dueño de la tienda tenía que cerrar por la cuarentena, quería asegurarse de dejarlos en un lugar seguro.
Para ello se comunicó con Little Wanderers, una organización dedicada a la formación de familias, niños, adolescentes y profesionales en situación de riesgo, donde un voluntario respondió a su petición y salió de inmediato a buscar al animal.
Al llegar pudo percatarse de que todos los gatitos tenían una infección ocular y necesitaban atención médica urgente. Por su parte, Bierka, otro voluntario, comenzó a limpiar y tratar sus ojos, alimentándolos y cuidándolos minuciosamente todo el día.
“Se salvaron justo a tiempo. La tienda habría cerrado con ellos dentro”, compartió Little Wanderers.
Otro miembro del grupo de rescatistas regresó al sitio para buscar a la madre gata, pero no pudo encontrarla por ningún lado. El trío felino conformado por Dalila (atigrada), Petunia (gris) y Sonny (negro), recibió la atención médica que requería, así como los cuidados posteriores necesarios para recuperar salud.
Dalila, la más pequeña de la camada, era solo la mitad del tamaño de sus hermanos. Sin embargo, con paciencia, mucho amor y el cuidado adecuado rápidamente ganó bastante apetito y peso. Una semana después, los gatitos dejaron sus biberones y aprendieron a comer solos.
Natasha Enam, una voluntaria del rescate, se hizo cargo del resto de las tareas de acogida. Los tres pequeños mosqueteros continuaron creciendo felices, fuertes y llenos de energía todos los días.
“Si los gatitos no hubieran salido de la tienda a tiempo, no habrían sobrevivido encerrados allí. Ahora, todos están entrenados para ir al baño y comen comida para gatos ordinaria”, dijo Natasha.
Los pequeños bigotones se han vuelto inseparables y han creado un vínculo de hermanos indestructible. Realizan todo tipo de actividades juntos, siendo Sonny, el negro, el ejemplo de sus hermanas y el más intrépido de todos, creando todo tipo de desastres y payasadas en la casa.
“Estoy tan contenta de que hayan sido salvados, especialmente durante este tiempo. Todos hicieron su parte para ayudar”, añadió Natasha.
Tal parece que Dalila, la gatita más pequeña, pero de más personalidad de los tres está decidida a alcanzar el tamaño de sus hermanos. Ella es siempre la primera en empezar a comer y la primera en terminar su comida.
En unas pocas semanas más, los gatitos estarán listos para una familia que los reciba como se merecen y les otorgue un lugar propio donde ya no tengan que preocuparse de la lluvia ni del sol, sino solamente de comer, jugar, dejarse mimar y consentir.
Comparte esta historia con tus familiares y amigos y nunca, por ningún motivo te alejes de tu animalito de compañía.