En el mundo aún hay un gran número de animalitos callejeros que vagan de un lugar a otro para poder sobrevivir, cada día se enfrentan a una cruda realidad no solo para encontrar alimento, sino para obtener un mínimo gesto de cariño que los haga sentir que ellos también son importantes.
Delancey es uno de esos animalitos, una tierna gatita que durante muchos años estuvo sobreviviendo con las migajas que la calle le ofrecía.
La gatita fue rescatada en una zona industrial de Newark, Nueva Jersey.
Por suerte, fue vista por una rescatista y amante de los animales que decidió acercársele y brindarle una nueva oportunidad. Karla Agostinello fue la rescatista que vio la gatita buscando comida entre la basura, sutilmente se le acercó y la acarició.
Sin embargo, la dulce Delancey no se encontraba sola, estaba embarazada, por lo que debía ser rescatada lo antes posible para poder brindarle toda la atención necesaria.
North Shore Animal League America formó parte del proyecto de rescate.
Agostinello, en vista de la preocupante situación, buscó ayuda con un grupo de rescate local, gente capacitada en atrapar, esterilizar y buscarles un hogar a los gatitos más vulnerables.
Agostinello se acercó a Jenna, quien junto con su equipo estaban a cargo de rescatar a Delancey.
La escurridiza madre había desaparecido unos días, cuando volvieron a verla ya sus crías habían nacido.
Todos los rescatistas emprendieron una gran búsqueda para poder encontrarla, no fue sino hasta que preguntaron en un taller mecánico si habían visto a una gatita embarazada, los empleados dieron una posible ubicación.
Cuando los rescatistas llegaron notaron que Delancey estaba a la defensiva y muy protectora con sus crías, los cubría con su cuerpo como un escudo.
Las crías tenían aproximadamente tres días de nacidos.
Para el equipo de rescate fue difícil acercarse a Delancey, su instinto de madre no dejaría que nadie se acercara ni a ella ni a sus crías. Jenna comenta al respecto:
«Un hombre en el taller de mecánica que estaba familiarizado con ella, la capturó y luego entregó delicadamente cada uno de sus gatitos”.
La tierna familia felina se encontraba unida, fueron trasladados a un grupo de rescate en Little Falls, Nueva Jersey.
Su ternura conquistó el corazón de una voluntaria, quien se ofreció como madre de acogida para que la protectora madre y sus crías recibieran toda la atención y el amor que se merecen, mientras les encontraban un hogar permanente.
Las crías y su madre fueron trasladados a Save the Animals Rescue Team (START).
Delancey no tendrá que preocuparse por buscar más comida en la calle, ahora disfruta de las comodidades de un hogar de acogida, la dulce gatita ha demostrado ser una madre muy atenta.
Jenna comenta que durante el período de lactancia siempre consentía y mantenía en sus brazos a uno o dos gatitos.
Al crecer las crías fueron esterilizadas y castradas.
Sin embargo, no todo marchaba bien para la valiente madre, tras realizarle algunos exámenes confirmaron que Delancey padece el virus de inmunodeficiencia felina (FIV).
Por suerte, este virus solo se trasmite a través de heridas profundas o mordeduras, por lo que ninguna de sus crías se vio afectada.
Las crías crecieron y a los pocos meses de ser rescatadas fueron dadas en adopción.
No pasó mucho tiempo para que todas las crías encontraran un hogar permanente. Pero Delancey no corrió con la misma suerte, aún sigue esperando por una familia que la acepte con todos sus defectos y virtudes.
Ella al igual que cualquier otro peludito merece conocer el verdadero amor de una familia y disfrutar de todas sus comodidades. Deseamos alguien se muestre interesado en brindarle una vida feliz.
¡Todos los animalitos merecen disfrutar del más puro amor! Comparte la nota en tus redes y hagamos una gran red virtual para ayudar a Delancey a encontrar una verdadera familia.