La historia de este perrito llamado Toby está marcada por la angustia y el dolor. El peludito sufrió mucho en las calles antes de toparse con personas de gran corazón que estuvieron dispuestos a ayudarle, pero el asunto no paró allí. Cuando Toby estuvo a punto de alcanzar la felicidad un ataque de nervios lo hizo escapar.
El mestizo fue encontrado en las calles de Guan, una isla en el Pacífico Occidental que pertenece a los Estados Unidos.
El peludo es un poco nervioso por todo lo que ha vivido.
El caso de Toby inició cuando un refugio en Guan decidió hacer algo por él. La criatura estaba en una situación terrible, la desnutrición era evidente, pero además sufría de un fuerte y doloroso problema de piel.
Verlo ocasionaba gran pena, pero el chico se aferró a la vida.
Su mirada perdida y cuerpo famélico y tembloroso conmovía a cualquiera. Era evidente que el animal no sólo tenía lesiones físicas, sino emocionales y en esa situación también intervinieron los especialistas del refugio.
Poco a poco los voluntarios se fueron ganando su confianza.
Toby fue rehabilitado y dejó atrás su mal estado de salud, así como toda la pena y duras emociones con las que cargaba. Cuando en el refugio consideraron que estaba listo para escribir una nueva historia, pusieron a Toby en la lista de perritos aptos para la adopción.
El can encontró a una familia.
Afortunadamente una pareja amorosa se interesó por Toby, pero esta no se encontraba en la isla. El asunto no fue un problema, ya que no sería el primer peludo en viajar para conocer su nuevo hogar, pero el estrés del vuelo lo rebasó.
El chico creyó que estaba en peligro.
Tras 14 horas de viaje, Toby corrió frenéticamente por el aeropuerto una vez la familia lo sacó de la jaulita en la que se lo entregaron. El perrito no los conocía y se encontraba perturbado por esa nueva situación tan extraña para él, así que no hubo nadie que pudiese detener su huida.
Por fortuna, la organización Peaceful Souls, Animal Rescue and Recovery acudió al llamado de la familia adoptiva y ayudaron a dar con el paradero del peludo después de una ardua búsqueda.
El reencuentro fue bastante emotivo.
Tras dos semanas de intensa búsqueda el can apareció. Toby no había salido de las instalaciones del aeropuerto, pero había sabido esconderse muy bien.
El pobre había perdido algo de peso y se había infectado de garrapatas, pero no era nada que su nueva familia y un buen tratamiento no pudiesen controlar.
La pareja estaba lista para amarlo como se merecía.
Por su parte, el perrito sintió el amor de esas personas y la intención de ayudarlo, así que poco a poco fue demostrándoles su confianza.
Toby había viajado solito y no conocía a esos humanos que lo recibieron, pero con tantas demostraciones de cariño pudo adaptarse a su nuevo hogar. Ahora el can puede dejar atrás su pasado y es feliz al lado de sus nuevos papás humanos.
Toby está escribiendo una nueva historia, pero estuvo a punto de perderse nuevamente, comparte su caso y envíale tus bendiciones.