Hace tres años, el cantante italiano Tiziano Ferro, de 43 años, y su esposo, Victor Allen, adoptaron dos cachorritos de raza doberman con los que aumentaron su familia y también su felicidad.
Sin embargo, después el baladista anunció con mucho pesar que uno de ellos se encontraba en muy mal estado de salud y debió ser trasladado de urgencia a una clínica veterinaria.
Al respecto, Tiziano escribió en sus redes:
“Lo internamos urgentemente anoche, nos dijeron que sólo una operación determinaría la naturaleza de la hemorragia interna repentina. Pero también nos dijeron que iba a ser largo, difícil y con pocas esperanzas para la edad y el tamaño del perro. Probablemente, se trataba de un tumor”.
Uno de los cachorritos que adoptaron se llamaba Beau
Tiziano Ferro no perdía las esperanzas de que su querido Beau se recuperara, pero desafortunadamente su estado empeoraba conforme pasaban las horas y era muy poco lo que los especialistas podían hacer para salvar la vida del perrito.
“Beau nació con dos bazos y uno fue destrozado accidentalmente. Debería ser solo eso, si Dios quiere. Estuvimos aquí al frente, sin dormir, esperando y esperando, como habrían hecho él y todos los demás perros, por nosotros”, añadió.
Francamente, quedaba muy poco que se pudiera hacer por el dulce perrito. El momento de decirle adiós era inminente, y la pareja no podía estar más que devastada.
Beau cruzó el puente del arcoíris sabiéndose muy amado, una imagen dice más que mil palabras.
El cantante informó que pudo pasar algunos minutos con su fiel amigo para despedirse y agradeció a los veterinarios que le permitieron al menos 5 minutos para darle el merecido último adiós a su amada mascota.
A la mañana siguiente, Tiziano y su pareja compartieron la infausta noticia del fallecimiento de Beau, quien luchó desesperadamente por su vida, pero tristemente no lo logró.
Su corazón se detuvo durante la noche.
“Nuestra gratitud hacia ti no tiene límites, realmente no tiene límites. Los únicos cuatro meses de su vida fuera de una perrera, los últimos de su vida, pero cuánto amor, cuánto amor… Adopta un perro adulto, piénsalo si puedes”, añadió en la publicación.
Decirle adiós a un compañero de vida es sumamente doloroso. La despedida y la pérdida pueden llegar a resultar insoportables pues, cuando esto sucede, la desesperanza y la angustia y una tremenda soledad nos invade.
Pero ellos, nuestros perros, nos brindan una vida llena de esperanza, de alegrías y de enseñanzas. Por eso se dice que nuestros amigos nunca mueren, sino que sencillamente duermen junto a nuestro corazón.
Además, ellos sí que saben cómo darnos lecciones de vida. Aunque sus huesos duelan, aunque se cansen, aunque se hagan viejitos, nunca renuncian a su alegría, a disfrutar de lo bueno y a mostrarnos todo su cariño y su afecto incondicionales.
Si has sufrido la pérdida de una mascota, no dejes que te engañen. No están “muertas”, sólo muere quien es olvidado. Duermen en tu corazón y se despertarán cuando menos te lo esperes. Así de especiales son los perros.