Los seres humanos causamos terrible daño a los animales a través de la contaminación que creamos. Muchos animales sufren o ven su hábitat afectado y este es el caso de un tiburón que tenía una red para pescar colgando y que fue encontrado por unos valientes buzos australianos.
En la bahía de Byron un grupo de buzos estaba practicando submarinismo junto a un instructor llamado Iñaki Aizpun, cuando se encontraron con un tiburón que tenía una red de pescar colgando de su boca.
El tiburón no permitía que tocaran la red.
Iñaki instantáneamente supo que debía tomar acciones y hacer algo para ayudar al tiburón, así que decidió acercarse para tener una mejor idea de la condición en la que se encontraba. Al observarlo detalladamente supo que el animal no tenía ninguna posibilidad de sobrevivir si permanecía con esa red colgando de su boca.
De forma que puso manos a la obra y comenzó a jalar la cuerda que colgaba de la red de pescar, de la manera más calmada y sutil que pudo para no asustarlo; Iñaki sabía que siempre hay una posibilidad de que un tiburón intente morder a un humano que se acerque mucho a él, pero este amigo parecía pedir la ayuda del instructor y eso le daba más valor para seguirle ayudando.
El instructor jalaba la cuerda con toda la fuerza que tenía.
Una vez que tuvo la cuerda bien agarrada, el tiburón se detuvo; estaba muy débil. Iñaki sospecha que el tiburón tenía varios días viviendo con la red en su boca y por ese motivo no se había podido alimentar de peces de manera usual.
Con cada jalón que daba a la cuerda, el tiburón parecía responder, era como si sintiera como la libertad de esa red le aguardaba; de alguna manera, él sabía que esa era su única posibilidad de deshacerse de su molestia de una vez por todas.
Entre más se aflojaba la red el tiburón trataba de alejarse más, tanto que Iñaki perdió la cuerda y el animal siguió nadando. Pero el instructor estaba determinado a cumplir su misión y ese tropiezo no lo iba a dejar darse por vencido.
El instructor estaba decidido a liberar al tiburón…
Así que siguió al animal lo más rápido que pudo hasta agarrar la cuerda de nuevo y tirar de ella con todas sus fuerzas. Ahora el tiburón, como en un intento de ayudar, se movía de un lado para el otro mientras los jalones seguían. Para el instructor este fue uno de los momentos de más adrenalina e intensidad, pues ya podía sentir cómo iba lograr liberar al animal.
Después de unos momentos más de contienda, Iñaki sintió cómo la cuerda se soltó finalmente, como si hubiera hecho un «clac» al haberse zafado de la boca del tiburón. Iñaki no podía contener su felicidad por haber ayudado al imponente animal.
Iñaki se sorprendió del tamaño de la red.
Lo primero que le sorprendió fue que la red era mucho más larga de lo que había imaginado, sostenerla en sus manos hacía que todo valiera la pena. Después de 20 años de practicar submarinismo nunca había sentido tanta satisfacción y todas las personas que lo acompañaban estaban contagiadas por su sentimiento.
Pero ahí no terminaron las sorpresas, entre su celebración Iñaki se encontró nuevamente con el tiburón, pero esta vez no estaba solo; traía a un compañero, algo que es realmente poco común.
La mirada del tiburón era imponente.
Mientras pasaba cerca del instructor mantenía contacto visual con él, para Iñaki esta fue la forma en la que el tiburón le decía “muchas gracias, salvaste mi vida” y así los dos tiburones se alejaron de ellos para siempre.
Iñaki busca llevar un mensaje a muchas personas con su historia:
Video en Español!SALVANDO UN TIBURON DE UNA TERRIBLE MUERTE!Puedes ver en este video mi emocionante experiencia en Byron Bay, salvando un tiburón toro de una muerte horrible, estrangulado por una red de pesca!Por favor, COMPARTELO para crear consciencia de como las redes de pesca están aniquilando la vida marina de nuestros océanos!
Publiée par Inaki Aizpun sur Jeudi 16 août 2018
Iñaki ahora cuenta su historia para concienciar sobre cómo todos los desechos que los humanos creamos y que terminan en el océano están causando grandes daños a muchas especies que lo habitan.
¡Te invitamos a compartir esta historia con otras personas para recordarle al mundo la importancia de no tirar deshechos o herramientas al océano!