Un monito bebé rescatado de manos de un traficante de animales, ha conmovido al mundo con su emotiva reacción al aferrarse a lo único que le da seguridad y afecto en la vida: una cerdita de peluche.
Se trata del momento en que el conocido y polémico activista y youtuber español, Frank Cuesta, o mejor conocido como Frank de la Jungla, quien reside en Tailandia, mostró lo que sucedió después de que rescatara a un bebé gibón.
El monito gibón no confiaba en nadie hasta que conoció a la cerdita de peluche
@frankdelajunglaa
Los hechos sucedieron en Tailandia cuando Frank arriesgó su vida persiguiendo a un coche que sabía llevaba animales para ser vendidos en el mercado negro.
Lo que vivió fue muy valiente de su parte. Y sin saber lo que encontraría, abrió la puerta del coche. Se quedó helado al descubrir a este indefenso bebé gibón en una jaula, totalmente temeroso.
Para capturar a un bebé gibón los traficantes matan a su madre
Desde ese momento, el activista se dedicó con alma y corazón a intentar reparar su corazón y enseñarle cómo defenderse. Se valió de la cerdita de peluche para darle seguridad, sin imaginar que el vínculo que desarrollaría con ella sería absolutamente conmovedor.
¿Has visto un mono que está todo el día agarrado a un juguete en la selva?, dice Frank en el video que difundió
Frank, por suerte, cuenta con todo el espacio, la experiencia y los recursos para dedicarse a este tipo de casos.
«Esto se llama árbol, chaval. Esto son hojas. Esto es lo que comes, tú, colega. Mira, esto son ramas, ¿ves? Y esto que corre por ahí, son hormigas», le dice al monito.
Como ve que está demasiado apegado a su juguete, como las madres que aunque lloren sus pequeños, saben qué es lo que les conviene, decide intentar quitárselo.
«Tienes que aprender a agarrarte al árbol, lo siento, le dice mientras el pobre mono llora desesperado».
Frank bautizó cariñosamente al monito como Canijo
«Esto te lo tenía que haber enseñado tu madre, pero como no está , pues alguien tiene que enseñártelo», le dice a la criatura para que entienda. «No pasa nada, está todo bien. Venga, intenta subir un poquito, ya lo sé que es duro, ya lo sé», agrega el activista emocionando a los millones que han visto el video.
Frank explica que es apenas un bebé, y es la primera vez que se enfrenta solito a la naturaleza. Y después de tanto sufrimiento al haber sido arrebatado de su madre, es normal una reacción tan sobrecogedora.
Luego, cuando intenta volverlo a tomar en sus brazos, se da cuenta de lo angustiado que está.
«Ni confía en el hombre, que le doy de comer, ni quiere quedarse en el árbol. Lo más seguro es que haya nacido en cautividad».
Así que en un momento decide acudir al recurso infalible: su juguete. «Vais a ver la reacción cuando ve «casa». Esto es su casa», dice Frank, señalando al peluche.
Lo que sucede después es verdaderamente emotivo, y hace derramar lágrimas a más de uno.
El pequeño Canijo se calma de inmediato y Frank señala:
«Pensar que estos animales son muy parecidos a nosotros, son simios. Y tienes muchísimas reacciones iguales que los humanos. Ahora él está seguro, ni chilla, no está temblando, con muy poquitas cosas, con su cerdita, es un mono feliz».
En su rinconcito de paz de Tailandia, en Min Buri, Frank trata al monito como a un indefenso bebé vulnerable que es. Le habla, lo alimenta, hacen la siesta juntos, le explica las cosas para que entienda. Sobre todo porque quiere hacerlo fuerte, para en pocos días llevarlo a un centro especializado de vida silvestre para ofrecerle una vida mejor.
Y es que todo el esfuerzo de este amante de los animales es muy necesario porque los monos gibones son una particular especie que viven exclusivamente en los árboles, y solo con su familia, no en grupos como los otros monos. Es por eso que el daño que le hicieron los traficantes es indescriptible.
Una particularidad de estos monos es que tienen las manos muy largas y sus muñecas se las pueden dislocar. Es una condición necesaria porque al ser los simios más rápidos del mundo, eso les permite desplazarse entre los árboles y huir de los depredadores a 55 km/hora.
En los últimos minutos del video, llega el momento más agridulce de todos, y es cuando Frank tiene que decirle adiós a Canijo para llevarlo al lugar donde se ocuparán de su rehabilitación. Allí le dijeron que tendrán que pasar 5 largos años hasta que Canijo pueda ser un gibón de verdad, le buscarán pareja y familia, y el objetivo será regresarlo a su hábitat natural.
En su despedida, Frank le dice a Canijo un contundente mensaje con el que el animalista quiere dar la mejor lección al mundo, y el monito incluso parece entenderle:
«Vas a tener que aprender que el humano es malo, que yo soy malo, que todo humano siempre va a intentar sacar beneficio vuestro. Y no te puedes hacer amigo de los humanos. Muy prontito dejarás tu juguete y sabrás que hay otros animales igual que tú».
Ya en el centro, Canijo pasó por una dulce transición en la que tuvo que despedirse de su cerdita y a cambio le dieron otro peluche. Cuenta con todos los árboles del mundo y el espacio verde adecuado para que con suerte, sea reinsertado en la selva.
Los especialistas señalan que el caso de Canijo es alentador por haber llegado tan bebé, pero no siempre es así. Rehabilitar un animal de más años puede ser muy difícil y cuesta una fortuna.
«Es fácil capturar un chimpancé y venderlo en el mercado negro por 20.000 dólares. Pero rehabilitarlo puede costar el triple», menciona el experto.
En este video puedes ver la historia completa, desde su rescate hasta su rehabilitación:
Los comentarios de los internautas emocionados y consternados a la vez, no tardaron en llegar:
«Confía más en el juguete que en los humanos», «Se me parte el corazón ver esos bebés alejados de su hábitat y de su mamá. Qué cruel puede llegar a ser el ser humano. Menos mal que hay personas que se arriesgan a lo que sea por darles mejor vida».
«Este vídeo me ha hecho llorar. Es hermoso el monito y emociona su fragilidad. Cómo pueden existir personas que trafiquen con los animales con lo buenos que son. Qué gran trabajo haces Frank. Gracias por siempre».
Finalmente, Frank lanza un mensaje a la gente diciendo que «si se quiere, se puede».
El emocionante desenlace de este dulce monito, además de que toca al corazón más duro por las tiernas escenas, debe ser un recordatorio para alzar la voz contra el tráfico de estos inocentes animales. ¡No nos hacemos una idea hasta dónde podemos llegar con la maldad humana!