Desafortunadamente, muchas personas adoptan mascotas por mero capricho, sin tener la más mínima idea de la enorme responsabilidad que conlleva compartir la vida con un animalito en casa. No les toman en cuenta, olvidan alimentarlos y, en ocasiones más extremas, simplemente los desechan como a un trapo viejo.
Pero, no nos precipitemos porque, así como hay gente que los descuida, también existen almas nobles y de buen corazón que se preocupan por su bienestar. Tal es el caso de Hachi, quien estuvo a punto de perder la vida en la calle y, gracias a la persona quien lo rescató, hoy es un perrito feliz y muy amado pero, que necesita un nuevo hogar.
Resulta que el cachorrito parecía ser muy feliz junto a su antigua familia que vivía en la calle Santo Domingo, en Ciudad de México. También sus humanos se mostraban contentos de tenerlo consigo. Sin embargo, conforme Hachi fue creciendo lo descuidaron.
Tan alto llegó a ser el grado de indolencia, que cuando los integrantes de aquella casa decidieron cambiar de domicilio, y mientras el inocente perrito también se emocionaba con el ajetreo de la mudanza, luego de tantos momentos compartidos, en un giro inesperado, Hachi fue traicionado y simplemente dejado a la deriva.
Su vida se tornó gris en las calles. La desolación y la necesidad de sobrevivir fueron sus únicas muletas durante algún tiempo. Comenzó a ensuciarse y a deteriorarse progresivamente. Sus huesos eran cada vez más visibles.
Hachi tan solo anhelaba la piedad de los hombres, que alguno lo viese con amor.
Para suerte del animalito, una vecina identificada como Ivon Arellano, amantísima protectora de los animales de toda la vida entró en escena para tenderle una mano generosa a Hachi y ofrecerle una segunda oportunidad. Fue ella misma quien contó los hechos que componen su trágico pasado.
“A pesar de que tengo 7 perros en casa, no pude resistirme a esa mirada de Hachi. Sus ojos pedían amor y auxilio a gritos”, dijo Ivon.
En principio, Arellano trató de comunicarse con la antigua responsable del perrito, sin éxito. Tanto ella como el resto de la familia desaparecieron sin dejar rastro, de modo que Ivon lo acogió como a uno más de su clan. Según dice su dedicada cuidadora, Hachi ya tiene dos años, es muy obediente, muy dulce e inteligente.
“Es un perrito muy tierno, tranquilo y obediente, quien se lleva de maravilla con todos los demás en casa. Me siento muy satisfecha de haber contribuido a evitar que terminase mal en la calle. No me explico cómo existen personas capaces de tanta inhumanidad contra un ser quien creyó en ellos”, se lamentó Ivon Arellano.
Pese a su gran vínculo, Ivon sigue buscando un hogar adoptivo definitivo para Hachi, sabe que necesita mayor atención y cuidados que ella no puede brindarle al ser responsable de 7 peludos más.
De las tantas maneras que tenemos para ayudarlos, sin duda la más efectiva y evidente es la adopción pues, cuando lo haces, le brindas al animal el hogar seguro que tanto necesita. ¡Más personas como Ivon son necesarias en este mundo! Ayúdanos a compartir y encontrar un hogar definitivo para Hachi.