Enseñarle trucos a tu perro es una extensión divertida del entrenamiento básico de obediencia. Ciertamente, para ello se aplican principios similares. Los animales irán prosperando con la atención individualizada que obtienen de su entrenador durante las sesiones, obteniendo además, grandes beneficios a través de la estimulación mental.
En ocasiones, lograr que un perro aprenda a hacer ciertas cosas puede ser bastante complicado, pero un hombre de Nueva Zelanda ha podido enseñarle a su Pomerania finlandés un truco bastante extraño, que tiene a las plataformas digitales de cabeza.
Se trata de Ashleigh MacPherson, quien le ha estado enseñando a su perro Kiko a girar la cabeza 180 grados. Tal como la niña poseída en El Exorcista, el truco desafía las leyes básicas de la biología. No obstante, Ashleigh se siente feliz y bastante orgulloso de su perrito.
El peludo parece haber aprendido con bastante facilidad. Apenas le ordenan “demonio”, Kiko realiza el sorprendente acto. El resultado son algunas fotos impactantes, además de cientos de personas confundidas sin poder entender cómo el perro logra la hazaña.
Por su parte, Ashleigh explicó cómo fue que descubrió que el perro podía hacer ese movimiento único y por qué lo ha seguido haciendo. Asegura que siempre ha sido natural en él.
“Siempre lo ha hecho, desde que era un cachorrito. Al principio, empezó a hacerlo mientras dormía. No pensé mucho en eso, ya que a los perros les gusta dormir en posiciones raras, pero comenzó a hacerlo para mirar a otros perros. En lugar de girar la cabeza como un perro “normal”, giraba el cuello completamente hacia atrás”, dijo Ashleigh.
Tal vez, este pequeño prefiera ver al mundo al revés. Ashleigh asegura que, mientras Kiko iba creciendo y ambos conviviendo, comenzó a virar la cabeza para mantener su atención en él. De esta forma, cada vez que estaba de espaldas, seguía pendiente de cada uno de los movimientos de su padre humano.
“Cuando la gente lo ve hacerlo en público, sus reacciones son siempre las mismas. Al principio parecieron sorprendidos y preguntaron, ‘¿cómo hace eso?’, para luego sonreír y reír después”, añadió MacPherson.
A pesar de su truco aterrador, Kiko ha sido un gran consuelo para Ashleigh durante la pandemia de coronavirus. Nació apenas unos días antes de que ocurriera el encierro en Nueva Zelanda. De esta manera, se encontraron y se acompañan mutuamente hasta el día de hoy.
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En realidad, Kiko es un perro muy dócil, cariñoso y relajado. Pero, también es valiente, le encanta explorar y es muy juguetón. A veces, hasta parece que habla pues, como se sabe, esta raza de perros escandinava se caracteriza por ser bastante vocal.
Comparte esta divertida historia. Si bien la habilidad de Kiko puede ser un poco espeluznante, en realidad se trata de un peludo tan adorable como cualquier perro. La única diferencia es que este retuerce más que ninguno su cabeza.