En ocasiones los dueños de mascotas sienten cierto temor ante la llegada de un nuevo integrante a la familia. Cuando se trata de núcleos en los que el perrito o gato había sido una especie de hijo para la pareja, algunos humanos pueden creer que la llegada de un bebé podría desestabilizar las cosas. Pero la historia de un Golden Retriever demuestra que es todo lo contrario.
Su nombre es Hinckley y con sólo un año de edad ya se ganó el puesto de mejor niñero.
Este peludito vive en Boston (Estados Unidos) con su mamá Whitney Parks y su padre humano, juntos hacían el trío perfecto pero hace algunos meses que las cosas en casa cambiaron un poco.
En octubre del año pasado Whitney dio a luz al pequeño Theodore y con él llegaron muchos cambios a los cuales ella misma temía.
Ahora el peludo debe compartir el amor de sus papás.
Hinckley siempre había sido el consentido, así que al ver al bebé en casa creyó que se trataba de un nuevo juguete.
El can no se mostró agresivo y sus papás procuraban prestarle bastante atención para que no se pusiera celoso. Pero el perro parecía no entender algo: el niño ruidoso había llegado para quedarse.
Él estaba listo para que su «juguete» fuese eterno.
Theodore fue bien recibido por el Golden que pronto se encariñó con él y ahora son inseparables. Esa criatura a la que el perro creía estaba de paso es ahora la razón de su existencia.
«Nunca te dejaré solito, hermanito».
“Cuando llevamos a Teddy a casa por primera vez, Hinckley pensó que le habíamos traído a casa un juguete nuevo sólo para él. Esas primeras noches, Hinckley cuidaba a Teddy desde nuestra cama mientras él dormía en su moisés, simplemente observando cada uno de sus movimientos con asombro”, recordó la madre.
Ahora que el Golden comprendió que se trata de un niño y no un juguete, y que además está allí para quedarse. Hinckley se ha convertido en el mejor niñero para el bebé.
Este Golden es el mejor hermano mayor.
«A veces, cuando no estoy prestando atención después de que Teddy ha terminado su biberón, Hinckley se aleja en silencio con el paño sucio para eructar de Teddy y no puedo evitar reír», comentó la señora Parks.
Los miedos de esta madre primeriza se han esfumado pues sabe que en el perrito, su hijo encontró a un hermano mayor.
Un hermano bastante meloso y preocupado.
“Mi corazón se derrite al verlos a los dos juntos, está claro que Hinckley está asumiendo el papel de hermano mayor velando por el bienestar de su hermanito. En este momento Hinckley todavía no está seguro de lo que es Teddy, pero sabe que es especial y debe cuidarlo”, dijo emocionada.
Seguramente Hinckley y Teddy crecerán compartiendo grandes aventuras juntos y sinceramente este pequeño no podría tener un mejor hermano mayor. Ahora la familia está tranquila y feliz mientras pasan los días de confinamiento contemplando y cuidando a los dos chiquillos de la casa.
El comportamiento de Hincley demuestra lo amigable que pueden ser los perros, no hay mascota má perfecta que ellos. Comparte esta historia y envíale tu amor a este gran niñero.