Este hombre apenas tenía dinero para mantenerse, pero cuando encontró a dos cachorros enfermos hizo todo lo que pudo para ayudarlos. Posee una gran bondad en su corazón. Su nombre es Gamaliel, él fue quien encontró a Snow y Shylah mientras se encontraba dando un paseo para alimentar a los gatos callejeros que deambulan en Barceloneta (Puerto Rico).
«Es un conocido alimentador de gatos en Puerto Rico», dijo Chelsey Williams, fundadora de Souls of Satos, un refugio para perros ubicado en Dorado. «En su ruta de alimentación, se encontró con estos dos cachorros. Eran muy pequeños en ese momento, tendrían unas 7 u 8 semanas de nacidos. Estaban solos, desamparados, y en terribles condiciones físicas». Gamaliel agarró a ambos perritos y se los llevó a casa con él.
«Trató de curarlos durante las primeras dos semanas. Él es una persona humilde, de bajos recursos, por lo que no contaba con los medios necesarios para llevarlos al veterinario. Hizo lo que pudo», continuó Chelsey. Pero cuando Snow y Shylah empeoraron, se puso en contacto con la fundadora de Souls of Satos, quien lo ayudó y estuvo de acuerdo en llevarlos a un veterinario. Ella vivía a dos horas de distancia, pero Gamaliel se las arregló para trasladar a los perros hasta allá.
Los chicos resultaron tener un severo caso de sarna, una condición de la piel causada por parásitos que se alojan allí. «Es uno de los peores casos que he visto en mi vida. Estaban quebrados, asustados y no se sentían bien», contó Chelsey. Pero Snow y Shylah se daban apoyo mutuo mientras se recuperaban en el hospital. Se acurrucaban para dormir juntos.
Cuando les dieron de alta en el hospital, fueron nuevamente a donde Gamaliel para recibir los cuidados y el amor que necesitaban. Mientras tanto, Chelsey les buscaba un hogar permanente en los Estados Unidos. «Nunca adoptamos a cachorros en Puerto Rico porque la situación está muy mal». Se puso en contacto con AMA Animal Rescue, un refugio de Nueva York, y les pidió ayuda.
AMA Animal Rescue estuvo de acuerdo en ayudar y trasladaron a los perritos hasta los Estados Unidos. Allí, cuando abrieron las cajas en las que fueron trasladados, los perritos estaban petrificados. Hasta que pudieron verse el uno al otro… Cuando se dieron cuenta de que estaban juntos, ya nada podía molestarles. «Desde ese momento supe que no podían separarse, tendrían que ser adoptados juntos», contó Michele Walsh, director de la organización basada en Nueva York.
Una bonita pareja adoptó rápidamente a los cachorros, ellos son Joannie y Robb. Renombraron a los chicos y les pusieron Jethro y Abby. Todos estaban muy felices en el nuevo hogar familiar. «Llevan juntos tan solo un mes y han aprendido a correr, jugar y ser libres», dijo Michele.
Es muy hermoso que tantas personas hayan participado para salvar a este par de chicos inseparables. Cuando Gamaliel escuchó que ambos chicos recibieron finalmente la familia que necesitaban, lloró de alegría. Es un hombre maravilloso, con un gran corazón. Esperamos que algún día vuelvan a verse en persona…
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