El amor de una madre no tiene límites, ellas harán lo posible para proteger a sus pequeños de todo peligro, y esta historia es una demostración de ello. Una gata embarazada en busca de comida para tener más fuerzas para cuando nacieran sus bebes gatitos metió su cabeza en un envase que tenía restos de mantequilla de maní, el problema vino cuando no pudo salir de ese aprieto y por largo tiempo permaneció con su cabeza atrapada dentro de aquel envase.
Un residente encontró a esta gata en su patio y, al verla en problemas, hizo una llamada que fue atendida por Carra Mathewson, Oficial de Servicios de Animales del Condado de Riverside.
Carra al llegar al sitio logró retirar el envase de mantequilla de maní de la cabeza de la gata usando una herramienta de mano.
Después de lograr liberar a la gatita del envase de plástico que no le permitía ni comer, la llevó al veterinario donde vieron que estaba en un estado bastante grave.
La gata estaba muy infestada de gusanos y de inmediato la trasladaron al Campus de Animales del Valle de San Jacinto para que le dieran un tratamiento de emergencia, su cuerpo estaba bastante comprometido ya que la presencia de tantos gusanos le causaron alta toxicidad.
Se sorprendió más al darse cuenta que la gatita llevaba en su vientre pequeños gatitos que, a pesar del mal estado en que se encontraba la gata, sacó fuerzas para darle oportunidad de nacer y sobrevivir a sus bebés.
Pudo traer al mundo a los pequeños Cacahuete, Mantequilla, Jalea y Miel (nombres traducidos del inglés), cuatro pequeños gatitos que no hubiesen podido nacer de no haber removido a tiempo el contenedor plástico de la cabeza de Skippy, la mamá gata.
Estos cuatro adorables bebés gatitos ahora están al cuidado del refugio de San Jacinto, quienes ponen todo su esfuerzo por darle una vida buena, saludable y larga, que seguramente su madre hubiese querido darles a estos pequeños peludos.
Los gatitos están alimentados con biberón con el alimento necesario para que crezcan y se mantengan saludables pues, lamentablemente, su madre estaba en muy mal estado, demacrada, deshidratada y no pudo sobrevivir.
En San Jacinto Valley Animal Campus, una de las cuidadoras, Brittany Fonseca, organizó un hogar de crianza donde los voluntarios de este continúan proporcionando los cuidados y alimentación necesarios para que los gatitos se mantengan saludables y crezcan como deben, a pesar de la falta de su madre.
Los pequeños gatitos se siguen esforzando bastante para mantenerse bien.
Tienen una gran familia de cuidadores en este refugio en donde se ocupan de ellos para que crezcan sanos y fuertes, y así puedan vivir una larga y feliz vida en honor a su fuerte y valiente madre.
Comparte con tus amigos la historia del hermoso gesto de su madre que los pudo traer a la vida a pesar de las dificultades.